Presupuesta del principio del trabajo científico de Alexander (Alejandro) Kiriyátskiy

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«Exploración hermenéutica de algunos poemas de Rubén Darío en la influencia antigua y la medieval por las fronteras de la crítica y la lingüística poética» 

 

de ALEXANDER (ALEJANDRO) KIRIYÁTSKIY

 

ÍNDICE:

1) El segundo poema del ciclo de DIVAGACIÓN (1884-1885) 2

 

2) Introducción: Objetivo del TRABAJO 3

 

3) Ejemplo del análisis de cada obra en el poema antedicho:  

con las influencias, aspectos de problemática e imágenes 4

 

4) Ejemplo del análisis de cada obra a través de la técnica

y la temática 17

 

5) Análisis ejemplo del léxico poético de Rubén Darío

en el poema ERASMO A PUBLIO 24

 

6) Clasificación de los sinónimos y antónimos

en el léxico poético 25

 

7) El poema ERASMO A PUBLIO 26

 

8) Breve biografía de Rubén Darío 30

 

9) Bibliografía utilizada en el presente doctorado

y otros seminarios sobre la poética de Rubén Darío 47

 

¿Te gusta amar en griego? Yo las fiestas

galantes busco, en donde se recuerde

al suave son de rítmicas orquestas

la tierra de la luz y el mirto verde.

 

(Los abates refieren aventuras

a las rubias marquesas. Soñolientos

filósofos defienden las ternuras

del amor, con sutiles argumentos,

 

mientras que surge de la verde grama,

en la mano el acanto de Corinto,

una ninfa a quien puso un epigrama

Beaumarchais, sobre el mármol de su plinto.

 

Amo más que la Grecia de los griegos

la Grecia de la Francia, porque en Francia

el eco de las risas y los juegos,

su más dulce licor Venus escancia.

 

Demuestran más encantos y perfidias

coronadas de flores y desnudas,

las diosas de Clodión que las de Fidias.

Unas cantan francés, otras son mudas.

 

Verlaine es más que Sócrates; y Arsenio

Hussaye supera al viejo Anacreonte.

En París reinan el Amor y el Genio:

ha perdido su imperio el dios bifronte.

 

Monsieur Prudhomme y Hommais no saben nada.

Hay Chipres, Pafos, Tempes y Amatuntes,

donde el amor de mi madrina, un hada,

tus frescos labios a los míos juntes)

 

Sones de bandolín. El rojo vino

conduce un paje rojo. ¿Amas los sones

del bandolín, y un amor florentino?

Serás la reina en los decamerones.

 

(Un coro de poetas y pintores

cuenta historias picantes. Con maligna

sonrisa alegre aprueban los señores.

Clelia enrojece. Una dueña se signa)

 

¿O un amor alemán? — que no han sentido

jamás los alemanes — : la celeste

Gretchen; claro de luna; el aria; el nido

del ruiseñor; y en una roca agreste,

 

la luz de nieve que del cielo llega

y baña a una hermosura que suspira,

la queja vaga que a la noche entrega

Loreley en la lengua de la lira.

 

Y sobre el agua azul el caballero

Lohengrín; y su cisne, cual se fuese

un cincelado témpano viajero,

con su cuello enarcado en forma de S.

 

Y del divino Enrique Heine un canto,

a la orilla del Rhin; y del divino

Wolfgang la larga cabellera, el manto;

y de la uva teutona el blanco vino.

 

O amor lleno de sol, amar de España,

amor lleno de púrpuras y oros;

amor que da el clavel, la flor extraña

regada con la sangre de los toros;

 

flor de gitanas, flor que amor recela,

amor de sangre y luz, pasiones locas;

flor que trasciende a clavo y a canela,

roja cual las heridas y las bocas.

 

             INTRODUCCIÓN

 

Hay poemas de Rubén Darío, como éste, que son compuestos en la influencia del Helenismo e, ipso facto, sobre la influencia francesa, italiana en menor grado y alemana. Entra la obra susodicha en el ciclo de cuatro poemas llamados «Divagación». El ciclo se fecha en el mes de diciembre de 1894, en Tigre Hotel. El actual doctorado está fundado sobre la hermenéutica que se sirve de varias influencias, problemáticas, imágenes, técnicas, temáticas, modernidades y la propiedad del vocabulario poético de Rubén Darío. El principio de la exploración se concentra en algunas obras (desde 25 hasta 45), los cuales han aparecido en la influencia de la antigüedad y la literatura europea como el segundo poema del ciclo. La investigación siguiente presenta la obra no como objeto de contemplación y demuestra que es un sujeto: con su desarrollo del pensamiento, sus imágenes concretas y las de su alusión donde se encontraron imágenes ocultas que no están en el poema pero existen como factores fuera del texto. El análisis concreto de cualquier influencia, problemática, imagen, técnica, temática y su propio vocabulario en la investigación del poema confirmará que la obra es un sujeto y que él existe para su lector, el cual recibió la instrucción superior y la sabiduría clásica: Yo no soy un poeta para muchedumbre, afirma Darío. La misma obra poética pierde su razón fundamental sin su lector y no llega a ser ningún sujeto. Sólo permanece como un canto rimado que nunca será comprensible ni como sujeto, ni como objeto de contemplación.

Por eso tendría que hacer falta cada vez un análisis concreto y profundo, investigar cada estrofa de cada cuarteto y explorarlo en numerosos niveles de filología.

 

Ejemplo del análisis de cada obra en el poema antedicho: con las influencias, aspectos de problemática y imágenes

 

En el primer tetrástrofo de éste segundo poema entendemos que el poeta está enamorado de la herencia antigua y el pecado gentil. Los ambos se reflejan en la primera pregunta y al mismo tiempo se confirman en las búsquedas encantadas de las fiestas galantes. Éstas fiestas tienen sus raíces en la lírica de Alceo, Anacreonte y Archiloco que la influencia helénica en la poesía de Darío se recuerde al suave son de rítmicas orquestas la tierra de la luz y el mirto verde. En el segundo cuatreño  hay juego de dos modismos para no perder y seguir el ritmo clásico del verso. Los hombres con el abatimiento se presentan en el primer modismo abates. Éstas personas que, puede ser, están cansadas de la realidad, cuentan diversas aventuras: heroicas (como Hilada y Odisea), trágicas (como Medea y Fedra) y cómicas (como Satiricón y Metamorfoseas o Asno dorado). Aparecen, en el séptimo cuarteto por eso, imágenes como mi madrina (quien bautizó), un hada, tus frescos labios a los míos juntes para, besando, desearla como a una mujer. Ipso facto, se recuerda a un personaje. Es Decamerón de Giovanni Boccaccio. Su imagen se convierte en muchos decamerones, sin ningún rostro quienes están en el octavo tetrástrofo. Esas aventuras se refieren a las marquesas, en los cuales se alude que son los marqueses. Es el segundo modismo. Darío los presenta en género femenino para señalar que se brindan tan suaves sólo como muchas estatuas antiguas y, puede ser, se asemejan a las esculturas de Apolo. Sólo por eso Darío escoge el género femenino a las imágenes de los hombres. Rubén tuvo toda la información ¿Por qué la sociedad antigua obliga a matarse a Sócrates soñoliento? ya entonces Sócrates se reyó del mundo: muriendo sin ninguna tristeza en su corazón. 400 años después, Petronio (autor prosista de Satiricón que probablemente influyó en Darío) y Séneca, filósofo se matan por otros motivos políticos contra Nerón, emperador, pero por iguales motivos y por otros motivos del deleite pecado. Sobre los dos últimos no está nada escrito en la obra, pero Darío alude a esos dos motivos pues encanta que filósofos defienden las ternuras del amor, con sutiles argumentos. Como en números otros poemas, en la obra investigada se oye una música helénica que continúa la métrica (cantidad de las sílabas) y la cantidad de sílabas (alternación de las sílabas largas y breves) antiguas que aparecen en la literatura de la nueva América Latina.

Al centenario de su nacimiento, en 1967 Rubén Darío se considera como el fundador del modernismo latinoamericano y como su antípoda, quien rechaza los inicios del modernismo y toma la senda del neoclasicismo. El artífice se fue del dolor fatal, como de la imagen sin rumbo... ni adonde vamos y ni de donde venimos, al sufrimiento que existe siempre previo a la dicha inmensa. Ésta dicha es algún triunfo, símbolo de cada clasicismo. Su neoclasicismo evolucionó sobre la influencia antigua, medioeval y del Renacimiento y al mismo tiempo dependió de la literatura europea de los últimos tres siglos. Se ve que en sus obras se reflejó la herencia de la literatura occidental y oriental. A las influencias de toda la literatura universal sobre la poesía de Rubén Darío se consagra el libro de ALEJANDRO HURTADO CHIMORRO: Observaciones en la obra poética de Rubén Darío (americanismo, Orientalismo, francesismo, helenismo, españolismo) lo que publicaron en Granada, Nicaragua, en el año 1967. En la página 23 del capítulo El Helenismo en su poesía el autor señala: Rubén Darío no poseyó ni el griego ni el latín /(¿Por qué?) si lo comparara con Borges quien escribió poesías en griego y en latín como en castellano. Pero Rubén Darío probablemente supiera leer algunos fragmentos de la poesía antigua con un diccionario porque en 1878 estudia con los jesuitas expulsados de Guatemala, en la Iglesia de la Recolección (que estuvo en León) y allí Rubén Darío hubiera de conocer a los clásicos latinos. El latín se considera como asignatura principal para todas las escuelas de jesuitas donde no se puede estudiar sin conocimiento del latín. Hace un año en un viejo armario encontré los primeros libros que leyera. Eran un "Quijote", las obras de Moralín, "Las mil y una noches", la Biblia; los "Oficios", de Cicerón apunta Darío en su Autobiografía. Los ambos factores nos confirman que ya en la adolescencia Darío tuviera que saber los principios del latín.//, sin embargo pocas personas han alcanzado tan basta erudición de la mitología clásica como él. Además, siempre fue un ferviente enamorado del arte griego y de los griegos, por eso es que su poesía se atavía a veces con elegancia helénica. Leyendo ciertas composiciones suyas, se recibe la impresión de que uno repasa la poesía griega, tan parecidos son sus acentos líricos y tan atinadas sus alusiones mitológicas.../ Los primeros dos y el quinto cuarteto demuestran el pensamiento del crítico / "En éste aspecto se parece notablemente a Óscard Wilde quien también fue enamorado de lo griego, lo que influyó de igual manera en su literatura. / Una vez más el antedicho confirma que ni la bondad ni el pecado de paganos no eran ajenos a Rubén Darío./ Darío es muy helénico; su poesía tiene ocasionalmente tintes de Homero, de Anacreonte, de Alceo, de Teócrito." F.C. Sáenz de Robles (escritor español) comentando su obra poética, lo declara griego y pagano de Cesar Augusto y de Emerita. Es decir griego pero de España.

El mismo Darío alude a su innegable helenismo, en frecuentes ocasiones en sus poemas. La suposición se demuestra en el tercer, cuarto, quinto y sexto tetrástrofo.

Mientras el mismo amor surge de la verde grama. La palabra «grama» en el verso tiene dos significados. En el primer caso mientras el amor surge de la hierba verde. Pero en el segundo el amor surge de la forma poética (dáctilo) e ipso facto simboliza su origen del Cynodon dactylon. El artífice de Nicaragua se sirve de personajes históricos como alusión al elemente de repetición total.

El segundo verso del tercer cuarteto trata dos neologismos latinizados. El primer es acanto que tiene su origen del paradigma latino «acanthus» que significa Acacia vera o Mimosa nilótica. Así se concede la noción acanto. Es para que, en la divagación del lector, aparezca la imagen: en la mano la mimosa o acacia. El segundo neologismo Corinto que en el poema no es la ciudad nicaragüense que sólo tiene su nombre con el honor de Carinthus, que imaginemos la ciudad antigua de Corinthus al noroeste de la isla de Peloponeso. La ciudad de Nicaragua, en ésta alusión, se compara especialmente con Corinthus. En 146 A.C. L. Mumio lo ha destruido y en 46 A. C. Gayo Julio César (100 — 44) ordena la reconstrucción de la ciudad para transformar en su colonia Julia Corinthus. Puede ser así, en la ciudad centroamericana en el futuro, sueña Rubén Darío.

El tercer y el último verso del tercer tetrástrofo acercan la antigüedad al siglo XVIII donde el poeta Beaumarchait [Bomarshé] de Francia (1732 — 1799) lleva a la escena sátira política y social y pone un gran epigrama a una ninfa sobre el mármol de su plinto. El último paradigma de ese frase significa una parte más baja de la colona. Rubén Darío especialmente escogió al artífice de la comedia «El peluquero de Sevilla» para demostrar a lectores latinoamericanos que él ama más que la Grecia de los griegos la Grecia de la Francia, pues en Francia hay eco de las risas y juegos de Cesar Augusto (como señaló F.C. Sáenz de Robles). Por ese eco renacen Satiricón y Asno dorado que permanecieron en la niebla del pasado. Sólo así se despierta el ingenio antiguo en Francia, el cual siente como su más dulce licor y Venus escancia.

En el posterior cuarteto Darío alude a orgías en los últimos años de la República Romana, cuando sólo empiezan a aparecer encantos y perfidias coronadas de flores y desnudas (probablemente es una alusión a las fiestas de Príapo). El tercer verso obliga a imaginar las diosas de P. C. Pulcher Claudius (Clodius-Clodionis-Clodion/is/). Allí se comparan Clodio con Fidias como representantes de dos épocas muy diversas. Fidias (Fidias) es escultor de Atenas durante la época de Pericles. Fidias se consedera ciudadano fiel a demócratas y a tradiciones religiosas, muere en 431 A.C..

T. Maccius Plautus describe el sino de Clodio. En 62 A.C. P. C. Pulcher Clodión es acusado de que lo que hirió el honor de Dea Bona durante su tradicional fiesta. Cicerón lo demuestra. Pero en 58 Clodio llega a ser tribuno de la plebe y expulsa a Marco Tulio Cicerón y a sus hermanos de Roma. Hasta 52 A. C. la capital estuvo bajo su dictadura. Un día Milon más pérfido mata a Clodio en 52. Darío insinúa que la culpa demostrada vence siempre, como entonces en su época, y es vencida después por nuevas perfidias «coronadas de flores».

Unas cantan francés, otras son mudas. Así Rubén dice que los tiempos cambian y los hombres avanzados permanecen iguales siempre a pesar de todas las mudas. Pueblos nuevos toman los papeles principales de sus antepasados que desaparecen, los cuales sólo se recuerdan metafísicamente en la historia y es éste que el papel de los griegos. Lo han recibido los romanos y en el mundo nuevo los mismos coronados llegan a ser los franceses durante el período de Rubén Darío. Los franceses se fueron por el camino de muchas intrigas y nuevas perfidias peores que el de los griegos y romanos y por eso, sus contemporáneos de Francia superan a los helénicos.

La influencia de la literatura francesa, es sin duda la más notable que recibe Rubén Darío en su poesía. En él se desarrollan las clases de galicismos: uno mental que influye en su cultura y en la inspiración de sus poemas, y otra formal que afecta su estilo y su vocabulario, afrancesándolo (página 33 del capítulo "La influencia Francesa" del libro de ALEJANDRO HURTADO CHIMORRO que se titula Observaciones en la obra poética de Rubén Darío).

Ingresa al mundo europeo en 1893, como observador corresponsal. Extiende sus horizontes a través tratos frecuentes con la inteligencia francesa. Espontáneamente más antes diferentes de muchos ideales franceses se convirtieron en los criterios estéticos de Darío. El 7 de junio se va a Francia cuya capital quería conocer: Era la ciudad del arte, de la belleza y de la Gloria; y, sobre todo, era la capital del Amor.

Gómez Carrillo y Alejandro Sawa lo reciben. En su compañía conoce a Paúl Verlaine en un café. Darío admira sus poesías.

Posiblemente, en la previsión mística o casual de Rubén Darío dos años previo a la muerte del poeta francés, Paúl Verlaine (1844 —1896) Verlaine es más que Sócrates (470 — 399 A.C.). Ambos se encuentran en la primera copla del sexto cuarteto en el presente poema, el cual se fecha en 1894 (¿?). Su admiración de los ideales franceses lo obliga a afirmar que Arsenio Houssay supera al viejo Anacreonte (VI-V siglos. A.C.). Arsenio Houssay morirá en 1896 cuando se irá de éste mundo Verlaine. Hace dos años, en 1894, los cuatro ¡aparecen juntos en el sexto cuatreño! Simbólicamente el neo clasicista de Nicaragua compara al poeta y filósofo Verlaine con Sócrates. El engarce de ambos se concentra en algún Bien Incondicional. Para el filósofo antiguo del arte del valor, justicia y sabiduría y para el poeta simbolista de Francia, casi 2400 años después, no pueden cambiar los ideales semejantes pues tres poemas más potenciales de Paúl Verlaine se nombran Fiestas galantes de1869, Sabiduría de 1871 y Romances sin palabras de1874. Por el pensamiento esencial de Rubén, Verlaine es más que Sócrates ¡en sino que además porque el filósofo no creyó nada durante toda su vida. Sino que además Sócrates permaneció en la historia sólo en las obras de sus alumnos! Paúl Verlaine llega a ser un gran símbolo literario para el alma de Rubén en 1893, entonces en el antedicho café. En Paris, Rubén Darío cumple su misión en los meses de verano. Tiene amistad con hombres famosos como Charles Morís y Jean Morreas. Luego, regresa a Buenos Aires a donde arriba el 13 de agosto incorporándose como corresponsal a La Nación, pero se publica en La Tribuna y otros diarios e, ipso facto, escribe su libro Los raros (publicado en la Argentina en1893: Prólogo, El arte en silencio, Edgar Alla Poe, Leconte de Liste, Paúl Verlaine, El conde Matías Augusto de Villiers de L'Isle Adam, León Bloy, Jean Richepin, Jean Moreàs, Rachilde, Geoge D'Espadrés, Augusto de Armas, Laurent, Tailhade, Fra Doménico Cavalca, Eduardo Durus, Théodore Hannon, El conde de Lauréamont, Paul Adam, Max Nordau, Ibsen, José Martí, Eugenio de Castro).

Por eso la segunda obra del ciclo «Divagación» Darío empieza por las palabras que son el título del poema de Paúl Verlaine Fiestas galantes: «Yo las fiestas galantes busco...».

Sobre el tetrástrofo, el cual se apoya de las imágenes antiguas, se puede decir que el autor sueña que su poesía se aproxime al credo estético de Paúl Verlaine. Posiblemente es la respuesta a la pregunta ¿Por qué a Rubén su contemporáneo Paúl Verlaine es más cercano que la persona legendaria de Sócrates? Es profesor de Platón, Xenofonte, Aristofánico, etc.. Él interviene contra la democracia de Atenas y Rubén Darío apoya las tendencias democráticas de cada época. Puede ser Verlaine por eses tres causas pareció a Darío más majestuoso que Sócrates. Sócrates es muy distinto en las obras de cada uno de sus alumnos. Asimismo en la alusión a Arsenio Houssay, está contrapuesto el poeta griego Anacreonte de Teos.

En la antigüedad, en víspera de la lucha con los arios, Anacreonte abandona la Patria y parte para Abdera Thraciae. En pocos años, después de la victoria de los griegos, Anacreonte aparece en la isla de Samos donde vive en el palacio de Polícrates, rey hasta 522 A. C.. Cuando el ario Orepo conquista la isla de Samos obliga a Anacreonte regresar a la otra parte de Grecia. Anacreonte se embarca a la democrática ciudad de Atenas.

Rubén Darío escoge a Anacreonte para la comparación con Arsenio Houssay que vive siempre en su Patria. Posiblemente suponer que él traza un paralelismo entre el destino de Anacreonte y su propia existencia. En 1890, el día 22 de junio, celebra su matrimonio civil en San Salvador. Rafaela Contreras dama de su corazón llega a ser su marida, como está ya descrito en la breve biografía de Rubén. Esa misma noche estalla una revolución que lo obliga a salir el día siguiente para Guatemala como casi dos y media mil años atrás la política había obligado a partir de la Patria a Anacreonte, el cual persiguió crear en Abdera. Después, como Anacreonte trabajó en la isla de Samos, Rubén Darío colabora en Chile y poco tiempo después en Argentina como corresponsal, pero Guatemala y Argentina se asemejan a Nicaragua como Abdera y Samos se han parecido a Teos. Rubén Darío logra la fama y en otros países como el poeta Anacreonte ha hecho asimismo en la isla de Samos y en la ciudad de Atenas.

¿Con quién él compara a Anacreonte? Es Arsenio Houssay (Arsène Housset Bruyère (1815 — 1896)). Es crítico profesional, dueño de una Galería de numerosos retratos del siglo XVIII (hasta1844). Houssay ha abordado todos los géneros, notablemente el teatro desde 1835 hasta 1887. Houssay ha publicado a muchos nuevos autores en su revista l’Artiste. Poco antes llega a ser administrador de la Comédie Française (1849-1856) favoreciendo notablemente las representaciones de piezas de V. Hugo, A. de Vusset, A. Dumat, E. Augier, J. Sandeau.

Especialmente Rubén Darío nos muestra el grado superlativo de Verlaine y Houssay sobre Sócrates y Anacreonte que se confirma por dos factores: el primer factor es la influencia enorme del simbolismo francés. El segundo es muy relativo: y Verlaine y Houssay mueren en 1896.

Puede ser el segundo poema de «Divagación» no haya sido en 1894 y estuviera puesto simbólicamente en el ciclo después, pero previo a su poema que se llama Verlaine A Ángel Estrada, poeta, Responso escrito en sextetos. De lástima, esa presuposición ahora no tiene demostración, como otro factor que lo apadrinó el coronel Félix Ramírez y no Máximo Jérez, como Rubén Darío afirma en su autobiografía. Hay dos factores. El primero es la previsión. El segundo es su amor al simbolismo. El nuevo segundo factor supone su amor al simbolismo, cual reduce la realidad y al mismo tiempo enriquece la literatura.

Es el primer factor lo que confirma el tercer verso del sexto cuarteto: En París reinan el Amor y el Genio.

Al segundo factor by frontal alude la cuarta estrofa de éste mismo cuatreño: ha perdido su imperio el dios bifronte. El dios bifronte es la imagen de aquellos marqueses que son tan suaves como mujeres, que se presentan a lector en el género femenino en las marquesas. Éste dios by frontal ha perdido su imperio en el engarce de la herencia de la antigua literatura y literatura contemporánea, las cuales tienen sus capacidades y perfidias coronadas de flores y el dios by frontal está en las mudas de épocas donde se pierde su gran imperio y renace en otros pueblos by frontales igual porque cada arte es bifronte común y nacional siempre al mismo tiempo.

Ya sólo por eso caóticamente el autor construye la composición de unas dos personas tan diversas que no supieran nada. Son que el contemporáneo de Rubén Darío, también poeta francés, «de vie intéreure» Sully-Prudhomme (1839 —1905) y Homais. Éste último es uno de peonajes de «Madame Bovary» de Flaubert. Es el farmacéutico de una aldea. El hombre concreto y el personaje virtual de la novela no saben nada y no han de saber nada jamás. Por eso en el tercer verso vemos la enumeración de los lugares legendarios. Las denominaciones geográficas se presentan (en el caso nominativo que ya no existe) en la lengua romance medieval sin ningun monumento de su existencia donde especialmente se puede confundir el caso de sujeto con el acusativo en plural: simbólicamente para quienes no saben nada, que todo lo oculto confirme que «Divagación» es el sujeto y nada para quienes no saben nada.

Chipre, isla mediterránea. Pafos (Paphus-(os)), ciudad sudoeste de Chipre que ha estado en la orilla del Mar Mediterráneo. Tempes — Tempe, valle hermosa (en las obras de Virgilio, Ovidio y Papinio Eustacio). Amatuntes (Amathus-Amathuntis / en el caso genitivo/— en el idioma vulgar y después en el romance Amatuntes), ciudad chipriota con el templo de Venus que ha existido también en la orilla sobredicha.

¿Por qué Rubén Darío utiliza la lengua de la Temprana Edad Media? La respuesta está en la parte siguiente del séptimo cuarteto donde el amor de mi madrina, un hada, tus frescos labios a los míos juntes que nazca la opinión by frontal.

Primeramente, puede ser esos versos describen los sentimientos de los primeros cristianos griegos que han estado en la influencia de Origen hasta 381 (primer sínodo en Constantinopla). La influencia ha tenido sus partidarios en las provincias de Bizancio hasta el sínodo encabezado, en 555, del emperador Justiniano I.

Antes, Jesucristo se representaba, a veces, en estatuas desnudas con la cruz en la mano. Así se imaginase el amor de mi madrina, un hada, tus frescos labios a los míos juntes para querer como a una mujer hasta la proscripción de la Academia Platónica por Justiniano I de Constantinopla. En aquel período los latinos barbarizados se sirven de la lengua romance sobredicha sin ningún monumento de su existencia.

Segundamente, se puede suponer que las primeras dos estrofas y las últimas de ese mismo séptimo cuarteto no tienen ninguna conexión y que la segunda mitad depende de la influencia de las novelas «Decamerón» (1352-1354) que son escritas por el poeta y novelista de Florencia, Govanni Boccaccio (1313-1375). Sobre éstes ocultos sentimientos pecados de sus personajes refiere todo el nono cuatreño. Con Rubén Darío oímos éstos sones del bandolín italiano en una taberna, por allá el rojo vino conduce un paje rojo, y como un mentiroso, el general personaje se llamará el santo ante de morir y pregunta: ¿Amas los sones del bandolín, y un amor florentino?, y dice a la esposa del viejo infeliz: Serás la reina en los decamerones.

Luego Darío nos transpone en las primeras décadas del siglo XIX también en Italia. Un coro de poetas y pintores continúa, contando, referir historias picantes y el octavo tetrástrofo nos brinda un sentimiento profundo de su Chartres de Parma (Chartreuse de Parme, 1839) del prosista francés Stendhal. Su nombre real Henri Beyle (1783 — 1842). Con maligna sonrisa alegre aprueban los señores ... su personaje Fabricio del Dongo se enamora de Clelia Conti. Entonces Clelia enrojece. El hijo de Clelia no murió y ella jura que no vea jamás la cara de Fabricio amante. Ellos se encuentran sólo la noche y nunca jamás de otro modo. Así mismo ella como una dueña se signa.

Los cuartetos 11,12,13 y 14 tienen la influencia del alemán. ¿O un amor alemán? — que no han sentido jamás los alemanes — : la celeste Gretchen; claro de luna; el aria; el nido del ruiseñor; el poeta decide comparar el amor económico y frío de los alemanes con el amor de España, que supiera valorar el amor profundísimo de Gretchen, novia de Fausto, gran personaje de Goethe (1808-1832). Fausto vende el alma al diablo para devolver su juventud perdida y depende de él. Fausto desilusiona y deja a Gretchen. Sí ella tuvo la claridad de la luna, la aria que no la cantaron, el nido adonde no viajará nadie por la voluntad del sino. La aria de ópera musical se convierte en el aire, por su género masculino se convierte en el modismo, en la vulgar influencia.

En la página 89, en el capítulo "Su facultad Descriptiva" del libro de ALEJANDRO HURTADO CHIMORRO: Observaciones en la obra poética de Rubén Darío se apunta: La mente de un escritor descriptivo debe ser, como la placa de una sala, delicadamente sensitiva al mundo exterior. Una percepción veraz y una impresión exacta, son requisitos indispensables para describir con arte.

La mente humana afortunadamente puede ir aún más allá que el instrumento fotográfico: tiene el poder de seleccionar, de analizar, de dar un nuevo arreglo a las imágenes que recibe, individualizando el objeto descrito a tal extremo, que se hace posible distinguirlo entre todos los objetos de su misma especie...

Rubén Darío posee una naturaleza sumamente sensitiva; no solamente se interesa en la ruda forma exterior de los objetos, sino que capta sus detalles distintivos y sus leves particularidades...

En la poesía de Rubén Darío vemos que los somato psicodramas [epítetos muy frecuentes] se encuentran muy raro, al contrario de muchos poetas hispanoamericanos: «grande», «herido», «de vida», «aguas del río», etc.. Sus descripciones se dibujan por cada imaginación muy originales como las del undécimo cuatreño: la luz de nieve que del cielo llega y baña a una hermosura que suspira; en las dos estrofas se siente su espíritu libre sin fronteras. Se destaca por su percepción el cielo azul y la luz que arriba de la altura para reflejarse en la nieve por el verbo distinto «bañar». La luz ilustra una hermosura, puede ser, es su alma que suspira y en una roca agreste. Es el despeñadero de Sankt Goarshosen sobre la ribera derecha del Rhin que tiene la altura de132 metros. La leyenda, puede haber nacido por la pureza del eco en esa parte de la valle del Rhin, Apasionaba una sirena (con el nombre Loreley) a los navegantes, los cuales venían hacer naufragio sobre la roca dibujada de Darío. Se oye la voz de la sirena como la queja vaga que a la noche entrega Loreley. El poeta alemán Heine (1797-1856), inspirado por el mito medieval, crea la obra poética «Loreley» musicalizado luego por F. Silcher, en 1840. El poema ha entrado en el Libro de cantos (1817-1826) que Rubén Darío lee, cuando visita Francia en 1893 o antes, y tiene el honor de incluir su imagen en la segunda obra de «Divagación», la cual es no menos potencial que la creación «Loreley» de Heine en alemán.

El undécimo cuarteto nos lleva al caballero Lohengrín imagen de Goethe sobre el agua azul. Y su cisne, cual se fuese un cincelado témpano viajero, con su cuello enarcado en forma de S. Muy fina y grandiosa descripción de la naturaleza así presenta el gran panorama en el juego de los sones parecidos y en la combinación de éstas imágenes. Darío describe a Lohengrín, un personaje literario, la creación de cincel, lo vemos en la imagen del cisne, cuyo cuello sobre el agua se compara con la escritura de la letra S. El caballero y el témpano, donde está cincelado su cisne, son los dos viajeros sobre el agua, al cual alude el segundo verso del tetrástrofo siguiente. Si Lohengrín, el caballero oyera a Loreley se estrellaría contra el despeñadero.

El último cuatreño sobre la influencia alemana vuelve al canto del divino Enrique Heine. Simbólicamente Darío alude a un mito, en relación con el despeñadero de Loreley, inspirado a Heine, que llega a ser un canto tan lejano a lector hispanohablante. Por eso en el primer verso el neo clasicista se sirve del artículo indefinido que confirma la misma presuposición y el epíteto «divino». El artículo y el adjetivo caracterizan a Enrique Heine. Todo eso tiene que engendrar el interés de los hispanoamericanos a la literatura lejana. El artículo indefinido obliga a suponer que Darío imagina que él es el primer poeta en la historia latinoamericana y como tan amplió los horizontes de su literatura. En la propia poesía Rubén Darío se sirve de numerosos aspectos fundamentales de la literatura universal.

Para demostrar en su manera simbólica que tiene la sabiduría enciclopédica el poeta nos recuerde al divino Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791); Wolfgang escribió la ópera sinfónica «Boda de Fígaro» entre el mes de diciembre de 1785 y el 1 de mayo de 1786. La creó sobre la segunda mitad de la comedia «El Peluquero de Sevilla» de Beaumarchais [Bomarshé] y la fecha más anterior a Rossini (hay su ópera sobre la primera parte de «El Peluquero de Sevilla», su ópera se fecha en el 20 de febrero del año 1816). El dramaturgo francés Beaumarchais figura en el tercer cuarteto del poema examinado.

Darío describe la larga cabellera de Wolfgang y alude a un manto. Probablemente es el manto de Salieri quién, vestido en eso manto semejante al manto del padre muerto de Amadeus, asusta a Wolfgang enfermo. Todo esto se contrapone al vino blanco de la uva teutona. Asimismo se comparan el rojo vino italiano con el blanco vino alemán como metáfora de los sentimientos de ambos. En los personajes descritos y ocultos Darío muestra la diversidad de sus propios puntos de vista sobre el Universo y el arte clásico.

Los dos últimos cuartetos de la obra se consagran a su España. En la página 12 en el capítulo "El Españolismo en su poesía" del libro de ALEJANDRO HURTADO CHIMORRO, que se llama Observaciones en la obra poética de Rubén Darío, el crítico escribe:

La personalidad de poeta de Rubén Darío es polifacética, según lo constataremos. En este primer comentario nos proponemos señalar su aspecto español. Efectivamente por su inspiración y su aspiración; por su orgullo tradicional; por su expresividad poética, Darío es también un poeta esencialmente español.

La labor poética de Darío presenta dos etapas perfectamente caracterizadas. En la primera que comprende todo lo que escribió antes de la publicación de «Azul» todavía no exalta la hispanidad; se limita a ser un poeta formalmente español, imitando las modalidades poéticas de los líricos de España.

Si alguien dotado de suficiente cultura literaria, lee muchas de las composiciones de Darío pertenecientes a ese primer período, descubre de inmediato cual de los poetas hispanos le sirvió de modelo.

En la segunda etapa, que abarca toda la labor poética de Darío posterior a «Azul», cuando el poeta no imita a nadie por haber sazonado ya su propia cosecha espiritual; cuando ya Darío ha conocido España y la ha reconocido como madre, entonces su estro poético manifiesta altivamente su orgullo racial: su españolismo... O amor lleno de sol, amar de España, cuando leemos el verso del cuarteto 14 sentimos la naturaleza y clima de la Península Ibérica que engendra allí el espíritu hispánico, donde se reflejan las raíces del amor lleno de púrpuras y oros; el color purpúreo figura como aquel dios by frontal, y sentimiento caliente, y poder imperial y se hunde en el oro. El tercer verso dibuja su amor que da el clavel, la flor extraña que lleva a ilusiones y deseo para alcanzar eso amor en el duelo tradicional de toreador. Porque la flor extraña luego está regada con la sangre de los toros vencidos del matador, el cual siempre arriesga la vida por su eterno amor que se describe tan paciente con arte. En el último tetrástrofo la clavel es flor de gitanas, flor que amor recela y tiene miedo de sangre y luz en varios sentimientos de Virgen, ellos se convierten en tantas pasiones locas de Venus; flor que trasciende a clavo, que es dolor de unas gitanas, a canela con el olor de fidelidad roja cual las heridas y las bocas.

ALEJANDRO HURTADO CHIMORRO ha apuntado que por su expresividad poética, Darío es también un poeta esencialmente español. Se contradice poco y repite esto pensamiento de otro modo José Agustín Balsero autor del volumen Siete estudios sobre Rubén Darío (Universidad de Arizona, Tucson, 1967) quien afirma en el primer capítulo "Rubén Darío y España":

De España heredó Rubén Darío nada menos que su lengua, nuestra lengua. Voz de dos orillas — la de la América suya y la peninsular —. Rubén fue su hijo. Y sería, también, uno de sus padres: engendrándola como nueva, recreándola con acento señero, oxigenándola con aliento cosmopolita en su expresión de geniales transformaciones, en su arte poética, en su acuñamiento de palabras y de giros propios. Larga y honda fue la vista de Don Juan Valera, que terminaría sin luz en los ojos, cuando hizo el que Guillermo de Torre llama "Descubrimiento de Rubén Darío", refiriéndose a una de las Cartas Americanas: «aquella que evidenció la aguda intuición valeriana, su olfato crítico [...] la revelación al mundo hispánico de Rubén Darío» (Guillermo de Torre, Tres conceptos de la literatura hispanoamericana. Editorial Losada, Buenos Aires, 1963, p.29).

En efecto, Valera encuentra en Rubén "un gran fondo de originalidad y de originalidad muy extraña": ...Y ahora, dueño de su reino interior y conocedor de los ajenos, levanta su yo más fuerte y seguro que antes, como una selva que fecundando en sus entrañas toda la flora que también fecundan las otras selvas, fecundara, además, plantas que sólo ella poseyera. Y se ofrece al mundo exterior, al mundo de los hombres y las cosas, que descubre en él a uno de los elegios de la Lírica y el idioma españoles, porque marca en ellos un momento especial y determinado.

 

Ejemplo del análisis de cada obra a través de la técnica y la temática

 

Así por motivos como el anterior y posteriores el doctorado hermenéutico analizará algunas obras como los sonetos de Azul: «Cautelle Mendés» (segundo poema del ciclo Medallones), «Caupolicán», de Epístolas «El poeta a las musas», «Erasmo a Publio», «A Ricardo Contreras», el soneto «Pegaso», «Helios», «Cosas del Cid», «Metompsicolis», «Sonatina», «Año nuevo», etc..

Analizará los poemas parecidos en distintos niveles filológicos. Éstos niveles se apuntan en el Prólogo del volumen Rubén Darío. Poesía de Antonio Papell catedrático de literatura que lo imprimió en la editorial EBRO, S. L., Zaragoza — Madrid — Buenos Aires . Allí e catedrático señala en la página 13:

TÉCNICA: En el contexto damos los numerosos metros que Rubén Darío emplea con extraordinaria facilidad. Dice él que de la literatura del alejandrino francés de Víctor Hugo, surgió en su ánimo la idea renovar la métrica. Emplea el endecasílabo (1), el verso de quince sílabas (2), los metros antiguos monorrimos (3), el verso libre y la versificación irregular (4), usa los tercetos de arte menor y mayor (5), el dodecasílabo (6) (que ya había utilizado su precursor Salvador Rueda) y numerosas combinaciones (7). Rehabilita, además, el hexámetro clásico, retornando en algunos poemas (Marcha Triunfal, Salutación a Leonardo), a la teoría de los piés rítmicos (8).

La segunda de Divagación

 

2) Cyrano va marchando, poeta caballero (15)

al redoblar sonoro del grave Romancero. (15)

Su penacho soberbio tiene nuestra aureola. (15)

Son sus espuelas finas de fábrica española. (15)

 

(Cyrano de España, 61-64)

 

3) Padre y maestro mágico, liróforo celeste,

al instrumento olímpico y la siringa agreste

diste tu acento encantador;

¡Panida! Pan* tú mismo, que coros condujiste

hacia el propóleo sacro que amaba tu alma triste,

¡al son del sistro y del tambor!

 

(Responso a Verlaine, 1-6, compuesto a su muerte)

 

4) Y domando caballos o asesinando tigres, (14)

eres un Alejandro-Nabuconosor. (12)

(Eres un profesor de Energía, (10)

(Eres un profesor de Energía, (10)

 

(A Roosevelt, 11-14)

 

5) El preciso montar en el Pegaso

para sonar la cítara de oro

de León, o el rabel de Garcilaso:

 

para lanzar el cántico sonoro

y ceñirse en la frente de corona

con que Erato demuestra su decoro.

 

(A Ricardo Contreras, tercetos 28-29)

 

6) Discreto Erasmo ya de luengos días

al joven Publio, cariñoso y dulce,

consejos brinda:

— De la vida humana

el trago laberinto engañadora

faz te presentará; toma la senda...

 

(Erasmo a Publio, 1-6)

 

7) A las doce de la noche, por las puertas de la gloria,

y al fulgor de perla y oro de una luz extraterrestre,

sale en hombros de cuatro ángeles, y en su silla gestatoria

San Silvestre.

 

(Año nuevo, 1-4)

 

Sobre mi frente Apolo hizo brillar su escudo

y de Belefronte logré seguir la huella.

Toda cima es ilustre si Pegaso la sella,

Y yo, fuerte, he subido donde Pegaso pudo

 

(Pegaso /soneto/ 5-8)

 

La princesa está triste...¿Que tendrá la princesa?

Los suspiros se escapan de su boca de fresa,

que ha perdido la risa, que ha perdido el color.

La princesa está pálida en su silla de oro;

está mudo el teclado de su clave sonoro,

y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.

 

(Sonatina, 1-6)

 

8) Porque llega el momento en que habrán de cantar nuevos himnos

lenguas de gloria. Un vasto rumor llena los ámbitos;

mágicas ondas de la vida van renaciendo de pronto;

y retrocede el olvido, retrocede engañada la muerte.

 

(Cantos de vida y esperanza, Salutación de optimista, 2-6)

 

Numerosas disonancias rompen el ritmo del verso, pues supedita la acentuación a las exigencias de la idea y del efecto musical de la palabra y de la frase. (Antonio Papell)

Es probale que en la mayoría de las obras poéticas de Darío se pueda advertir numerosas disonancias señaladas como en el análisis de ANTONIO PAPELL. Existen ocho factores de técnica destacados del catedrático y once métricas. Hace falta analizarlos en cada ejemplo.

1) La métrica endecasílaba tiene el origen en la palabra griega "endecasílabos" de Alceo. De la copla de once sílabas se sirvió Quinto Horacio Flacco en la primera mitad de sus tetrástrofos arcaicos.(/Les carmina d, Horace, odes et épodes/ presentados por A. Debidour, \CLASSIQUES ROMA\ bajo la dirección de Guy Michaud, catedrático de la Universidad, Paris, Hacchette, 1938. Páginas: 21, 25, 35, 38, 59, 62, 70,74,79, 85, 91). Rubén Darío utilizó éste modelo en todas las coplas de la segunda obra de «Divagación».

2) Es el verso de quince sílabas. Al contrario tenemos el poema «Cyrano en España». Lo empieza la disonancia He aquí que Cyrano de Bergerac grapaza... donde encontramos el error de13 sílabas. Sus diversas disonancias casualmente se encuentran en la mayor parte de la cantinela dependiendo de la idea poética.

3) Es la obra «Responso a Verlaine» (compuesta a su muerte). Su versificación se asemeja a la composición de la creación «Sonatina». Es poco diversa en cada tercer y sexto verso, el cual fijamente se compone de ocho sílabas. En los metros antiguos monorrimos de Rubén Darío influyeron las obras de los trovadores sobre que poco influyó la antigüedad. En la época de Grecia y Roma cualquier rima se encontraba muy raro que tuvo causalmente el origen homeoteléutico. Por eso no pudiera llegar a ser ninguna monorrima. Como el ejemplo para demostrarlo se puede examinar el final de la cuarta égloga en la Bucólica de Virgilio. La rima aparece sólo en las primeras dos líneas que se destacan.

 

Áspice cónvexó nutántem póndere múndum,

Térrasque tractúsque marís caelúmque profúndum;

Áspice, vénturó laetántur ut ómnia sáeclo.

Ó mihi túm longáe maneát pars última vítae,

Spíritus et quantúm sat erít tua dícere fácta!

Nón me cárminibús vincét necThrácius Órpheus,

Néc Linús, húic[hujk] matér quamvís átqu,huic[hujk] pater ádsit,

Órphei Callíopeá, Lino formósus Apóllo.

Pán1 etiám, Ärcadiá[Pan etj,Árcadiá] mecúm si júdice cértet,

Pán etiám Arcadiá[Pan etj,Ärcadiá] dicät se jüdice vïctum.

Íncipe, párve puér, risú cognóscere mátrem:

Mátri lónga decém tulerúnt fastídia ménses.

Íncipe, párve puér: qui nón risére parénti

Néc deús hunc mensá, dea néc dignáta cubíli est [kubïli ,st].

 

Al seguir poco más adelante constatamos: 1 Dios arcádico de los pastores y rebaños, inventor de la flauta llamada siringa. Rubén lo toma a menudo bajo la acepción etimológica del vocablo Pan =Todo, o sea el dios de la vida universal, o el Gran Todo. Rubén Darío. Poesía de Antonio Papell, en la página 41. El comentario se apunta bajo el primer sexteto de la obra poética «Responso a Verlaine» sobre lo que se señalará más bajo en la exploración IMÁGENES.

Volviendo al análisis del nivel de TÉCNICA nos concentramos en el cuarto factor.

4) Es El verso libre y la versificación irregular; de ambos Rubén Darío se sirve frecuentemente. Como ejemplo examinamos el poema «A Roosevelt» donde todas los versos son escritos caóticamente.

5) Los tercetos del poema «A Ricardo Contreras» tiene la influencia de Dante Alighieri (1265-1321). Se puede afirmar que la respuesta «A Ricardo Contreras» tiene la vesificación de La Divina comedia (1305-1321):

 

e sotto l' ombra de le sacre penne

governò 'l mondo li di mano in mano

e, sì cangiando, in su la mìa pervenne

 

Cèsare fùi e son Giustiniano

che, per voler del prìmo Amor ch' i'sento

d'entro le leggi trassi il troppo e 'l vano.

 

(PARAÍSO, del VI /sexto/ Canto)

6) el dodecasílabo (versificación de doce sílabas) está presente en la obra «Erasmo a Publio» tampoco no doquiera a causa de las exigencias de la idea del poeta.

7) De las otras numerosas combinaciones de Darío se señalan tres métricas de las obras siguientes. A) El poema «Año nuevo», 16 sílabas se calculan en sus primeras tres coplas de cada cuarteto, a excepción del último. Se calculan sólo ocho sílabas en la segunda copla del mismo último nono tetrástrofo [donde en triunfo llega Enero]. Cada cuarta copla se compone por cuatro sílabas en el primer cuarteto [San Silvestre], en el cuarto [del Arquero], en el sexto [del Arequero] y en el octavo cuarteto hay cuatro sílabas [inmortales]. En el segundo y en el tercer cuarteto las cuartas estrofas tienen tres sílabas [Salomón] y [Cruz del Sur]. En ambas cuartas líneas del quinto y el séptimo cuarteto se calculan 16 sílabas como hay en el primer, en el segundo y el en tercer verso de cada cuarteto, a exepción del último, nono. La cuarta estrofa del último cuarteto tiene el nombre de la copla adónica por sus cinco sílabas: y el Arqueo = toi BasilheV [tóy Basiléyes] (Sapó) = [críne decórum,] (Horacio), etc.. B) Se toma el soneto PEGASO donde todos las estrofas irregularmente se vibran de 14 a 16 sílabas, pero guardan la armonía y el ritmo musical. C) La obra Sonatina se compone fijamente de las coplas que cambian de 14 a 15 sílabas.

8) El último factor de Antonio Papell incluye numerosos poemas como «Salutación de optimista» que prosigue desarrollarse por las huellas de la poesía alejandrina de la antigüedad, rehabilita, además, el hexámetro clásico en últimas décadas del siglo XIX como en el siglo dorado XV.

Rubén Darío contradice a los ciegos partidarios de su culto como a Ricardo Contreras y responde a muchos parecidos a él en la versificación del quinto factor por sus tercetos:

 

del malicioso halago mi Musa huye,

y falto de piedad, lleno de rabia,

ante el mal que corrompe y prostituye,

 

de Quevedo imitar quiero la sabia

frase de fuego de sagrado encono,

y castigar a aquel que nos agravia.

 

(A Ricardo Contreras, tercetos 84 y 85)

 

En el capítulo "La Innovación Métrica en su Poesía" del volumen Observaciones en la obra poética de Rubén Darío editado en Granada, Nicaragua, en el año 1967, ALEJANDRO HURTADO CHIMORRO agrega dos otras métricas en la página 93: El uso de alejandrinos acentuando en la tercera sílaba de cada hemistiquio. Su ejemplo: "El ruiseñor primaveral y matinal". Al todo susodicho agrega la adopción con fino gusto de exámetros y pentámetros.

Tenemos falta regresar a la página 14 del libro Rubén Darío. Poesía de Antonio Papell, publicado en el editorial EBRO, S. L., Zaragoza — Madrid — Buenos Aires:

TEMÁTICA: En su obra caben todos los temas, a condición de que lleven una patente: la ausencia de vulgaridad.

Sirva de ejemplo el cuento de Azul.., titulado el Rey Burgués, del que se puede sacar una lista de los temas capitales que difundirá en su extensa obra poética: «Hermosas y grises melancolías. — Trajes caprichos y ricos. — Vino que hierve en las copas de Bohemia. — Mantos purpúreos. — Palacios suntuosos, con jardines versallescos.— Exotismo.— Buen gusto. — Cisnes, cisnes, cisnes. — Japonés. — Chinerías.— Salón griego.— Cuadros de Watteau y de Chardin. — La selva. — Madrigal siglo XVIII. Prólogo del libro Rubén Darío. Poesía. de Antonio Papell, página 14.

Temáticas con algunos elementos de problemáticas de: «Divagación» (Mudas de todos los pueblos superados, a sus antepasados y sus reflejos en las imágenes /que hay en cada período histórico/), «Cyrano de España» (Traslado de Cyrano de Bergerac (de Gascuña francesa) en su casa, en su idioma castellano, en España, de la comedia francesa de Moliere; hay éste sujeto previo en la balada de Rosrtand; también una concepción de su imagen en unos percusores poetas y héroes literarios superados ó cuadrados en numerosos desafíos [combates]), «Responso a Verlaine» compuesto a su muerte (Símbolo cerca del sepulcro del poeta maestro y relaciones correctas con el fúnebre recinto), «A Roosevelt» (Admiración prudente a Teodoro Roosevelt enemigo soberbio de muchos tigres ricos, Presidente de los Estados Unidos 1852-1919, que dictan su deseo a la America de Rubén Darío), «A Ricardo Contreras» (Respuesta filosófica del corazón herido a la torpeza del crítico malicioso), «Erasmo a Publio» (halago y consejo del maestro discreto al mancebo afanoso /para evitarlo de muchos engaños como y donde, para distinguir del soberbio la majestad, llegar a ser altanero y nunca orgulloso/), «Año nuevo» (Pontífice durante el triunfo del barco áureo, rey Enero y su regalo de doce aljabas con cada año al inmenso Sagitario /pues cada flecha es una hora), «Pegaso» (Voluntad brillante por la huella de Belerofonte /volando sobre Pegaso a las estrellas,/ con el laurel siempre adelante), «Sonatina» (Medioeval ilusión de la princesa al príncipe /en caballo con alas, en el cinto la espada y en la mano el azor) y «Salutación de optimista» (Esperanza sobre el futuro de dos razas nuevas /de sus dos diversos continentes/, sobre el pueblo de la lengua con la raíz latina).

IMÁGENES: En la imagen de Rubén Darío, la clásica tropología no tiene capital importancia. Mejor: Darío rompe con la figuración casuística del lenguaje clásico y lanza sus metáforas como una expresión de lírica, sus parábolas atrevidas, intuitivas, sus figuras irisadas de luz, sacrificándolas al ritmo, a la música verbal. Sus paradojas son geniales. Sus dubitaciones, profundas, tocadas de cierto escepticismo. Es plástico, musical. Tiene un prurito de refinamiento, un afán exotérico de selección, que le resta evidentemente lectores. «Yo no soy un poeta para muchedumbre, confiesa., en prólogo del libro Rubén Darío. Poesía. señala Antonio Papell en la página 14.

Imágenes con influencias de: «Cyrano de España», «Sonatina», «A Roosevelt», «A Ricardo Contreras», «Erasmo a Publio», «Año nuevo», «Pegaso», «Responso a Verlaine», «Salutación de optimista», etc. se examinarían en los capítulos siguientes por esa hermenéutica como se examina el segundo poema de «Divagación» desde la página 4 hasta la página 16.

 

Análisis ejemplo del léxico poético de Rubén Darío

en el poema «Erasmo a Publio»

 

En el capítulo "Propiedad de su Vocabulario Poético" del volumen Observaciones en la obra poética de Rubén Darío en la página 68 ALEJANDRO HURTADO CHIMORRO apunta: La excelencia de un poeta debe aparecerse también, por su dominio de los vocablos del idioma; por la habilidad con que los selecciona y combina, para la expresión precisa de su poesía. Según el propio Rubén, las palabras antes de usarse en la frase, son como piedras preciosas sueltas, antes de ser engarzadas en el joyel. La labor del poeta consiste en la encontrada más bella y apropiada combinación de piedras preciosas para el joyel... Rubén Darío se releva también, una maestría y un artífice exquisito en la selección de su vocabulario poético; su estilo es un modelo de propiedad y de precisión, en el uso apropiado de las palabras, que en su poesía rutilan como gemas. Admira con gran frecuencia, observar la propiedad de su vocabulario poético en muchas de sus combinaciones.

Cualquier "vocabulario poético" investiga su objeto de contemplación o sujeto en la frontera entre el temario poético y la lingüística. Exploramos la especial ciencia que se titula Léxico poético. El léxico poético examina los diferentes significados de los paradigmas, la riqueza del vocabulario de la lengua en los sinónimos, antónimos y amónimos que se utilizan en la poesía, los cuales en el lenguaje habitual, a veces, no son ni sinónimos ni antónimos ni amónimos. El Léxico poético investiga la riqueza de cada lengua en los orígenes de sus palabras. Investigan dos tipos de los paradigmas en las poesías. Existen los paradigmas propios para cada lengua y los impropios. Se desarrollan ambos en todas las esferas lingüísticas y en la evolución literaria. 1) Los primeros tienen los orígenes en algunas lenguas asimiladas. Son los súper extractos que sólo han influido en la lengua explorada históricamente. Son las lenguas ibéricas prerromanas o latinoamericanas de muchos indios. Asimismo naturalmente, se ha formado también cada lengua con su súper extracto. Este ultimo es la lengua de los fundadores de cada lengua. El súper extracto es el sánscrito para todas las lenguas indoeuropeas o el latín para todos los pueblos romances y relativamente para todas las lenguas germánicas.2) Los paradigmas impropios existen en las lenguas a través varios artífices del Renacimiento. En los últimos siglos las raíces impropias construyen las nuevas palabras. Pero sus raíces dependen siempre de las reglas morfológicas y sintácticas de las lenguas en que penetran. Para sus obras Rubén Darío las adopta de algunas otras lenguas. Esas lenguas independientes se trasforman en las adestradas que existen y se desarrollan, fuera de la lengua investigada. Objetivamente es el inglés en Cuba y en Québec, el portugués en América del Sur. Creativamente es el francés, el italiano, el castellano antiguo y el latín en la poesía de Rubén Darío. Como un ejemplo que confirma todo lo antedicho es posible examinar el vocabulario del poema «Erasmo a Publio».

                Clasificación de los sinónimos y antónimos en el léxico poético de la obra «Erasmo a Publio»

 

Se puede clasificar los amónimos, sinónimos y antónimos en dos grupos.

SINÓNIMOS: En el léxico poético existen numerosos paradigmas ajenos que llegan a ser los sinónimos exclusivos, los cuales aparecen sólo en algunos textos y poemas.

ANTÓNIMOS: Se contradicen algunos paradigmas y se convierten en los antónimos que dependen de la exigencia de la idea poética.

PALABRAS IGUALES EN LA PRONUNCIACIóN Y DIVERSOS EN EL SENTIDO: Un sólo paradigma cambia su significado en dos o más casos, que se brinda en el texto cuando cumple el papel de los amónimos. Por ejemplo, tenemos el paradigma "placer": El ansia de los goces encamina terribles penas, afanosas luchas, mancebo, a hallar tras el placer finido. Se puede presuponer que la palabra significa "arena dorada, que ya no hay, adonde el tormento de los deleites se va horribles castigos, fogosos combates". — Los placeres tentadores serán, no los acojas.— Las arenas áureas llegarán, no las tomes. En el segundo variante esa es la noción de "delicias, gozos o goces" en la frase siguiente: No te arrojes por eso a los placeres de la sensualidad, ni ahogues en vino el pesar que te cause el desengaño. — No te lances por eso a las delicias de la sensación, ni te extenúe en alcohol la lástima que te ocasione la desilusión. O cariñoso y dulce y dulce néctar. En el primer caso "dulce" tiene el significado del epíteto "suave". En el segundo determina el sabor del néctar.

SINÓNIMOS: En el poema «Erasmo a Publio» se ve el análisis de los sinónimos de tres categorías. La segunda categoría y la tercera no son sinónimos en el léxico tradicional, son sólo en el léxico poético.

1) [(16)] Sinónimos naturales. [Ejemplos: imprudente y incauto; infausto y funesto; terrible, siniestro y tremendo; ahogar y agotar; bella y lindos; senda y camino; etc..] 2) [(28)] Sinónimos creativos por el artífice concreto. [Ejemplos: sabe evadir y escúrrete del lazo; la salvaje gritería, el silencio brutal y tizones infernales; El ansia de los goces encamina terribles penas y amor platónico es dolencia de ingenua juventud; y hay más lejanos: mancebo y pues tú no eres más grande que el pequeño; con dulce néctar sabrosura lleva, va la ponzoña que envenena el alma; etc.   (Estos paradigmas anteriores tienen el engarce en las exigencias poéticas de la idea). ] 3) [(40 )] Palabras que tienen sólo los significados semejantes en el léxico poético, los cuales a veces se brindan en las diversas partes de la oración. [Ejemplos: escudriñar y mirar; embotada y de torpe; que se cieguen y sordas; finido y cesar; puerta y entrada; ansia y congojadas; y hay más lejanos: orgía y bacanal; orgulloso y ambición; rebosar(v.) y rellena(adj.); infernales y de bestia; etc..] Éstos tres signos determinan cada categoría.

ANTÓNIMOS: Breves ejemplos de dos categorías de los antónimos 1) naturales: prudente — incauto, afanosas — apacibles, brega — paz, cote — eternidad, maldita — supremos, enderezado — humillada, genuflexión — altanería, etc.. 2) Creativos: orgullo — altanería, soberbia loca — majestad, gastado — venturoso, turba — varones, amenazantes sombras — brillo augusto, etc.

En el poema «Erasmo a Publio» existen algunos paradigmas impropios o ajenos al castellano contemporáneo de Rubén Darío. Ejemplos: luengos (lejanos) — su origen es el adverbio francés loin [luë]; afanoso (pasional más que deseable) — su origen es la raíz muy raro en español, del sustantivo afán (deseo ardiente); meretriz (mérito ); locuaz (comunicativo en la conversación); ardoroso (ardiente); ponzoña (veneno), etc..

 

ERASMO A PUBLIO

 

Discreto(1) Erasmo ya de luengos días

al joven Publio, cariñoso(2) y dulce(2),

consejos brinda(3):— De la vida humana

el largo laberinto engañadora

faz te presentará(2); toma(4) la senda(5)

que más propicia al bien mires (6 ) ¡O Publio!

No la pasión(7) ni el desatado instinto

tus ojos cieguen(8 ), ni el imprudente(9) corras

la perdición(10) tal vez a prepararte.

El ansia(11) de los goces(12) encamina(13)

terribles(14) penas(15), afanosas(17) luchas(18),

mancebo(19), a hallar tras el placer(¿12?) finido.(20)

Si engaño engendra la soberbia (21) infausta(22)

en ti comprende que es mudable todo,

y que destronca los más altos robles

el huracán siniestro(16). Da(3) al humilde(1)

cosuelo, y vanidoso(23) no te engrías,

pues tú no eres más grande que el pequeño.(19)

La red(24) que amor para tornarte(25) esclavo(26 )

de mente(27) y corazón tienda a tus ojos,

sabe evadir(28) y del prudente(29 ) escucha

el sesudo(29 ) consejo. Los placeres

tentadores(30) serán, no los acojas.(4)

El adobado vino que se escancia

de la bruñida copa, en lo agitado

de crespa orgía(31 ); incitador(30) el seno

de meretriz locuaz, dan el deleite;(12)

escúrrete(28) del lazo, y del sentido

la loca agitación sano encadena;

sin escuchar incauto(9) la salvaje(32)

gritería que se alza de la turba

ahíta y embotada(33 ) en libaciones

de torpe(33 ) bacanal(31 ), que así se ríe

olvidada de Dios(34), de lo infinito(34)

y de la eternidad(34) ... ¡No! que hay un trueno

predicador de maldiciones rudas.

¡No! que un ojo en lo alto, en una hoguerra

de increada luz(35), tremendo(14), fulminante,

mira el fondo profundo(36) de la almas;(37)

y un dedo de confino enderezado

castigo amaga(38); y un arcángel puro(39)

la puerta(40 ) está al cerrar del paraíso.

Bajó Nabuco, emperador(41 ) soberbio,(42)

de alto señor a condición de bestia(32) ,

y ejemplo para el hombre(43 ) fue domado(44 )

cayendo de su trono. Esto vio pueblo

de la muelle(45) y maldita(46 ) del Dios justo

transformada en ruinas, Babilonia.

Publio, si las riquezas(47) y esplendores(48)

de orgulloso(23) magnate a tu deseo

entrada(40 ) ofrecen(3 ), y envidioso apañas(37)

ruin(49) ambición(50), procura que del pobre(46 )

la dicha(51) y paz meditación te brinden;

y que coto a tus ansias justo pongas,

y tu ánimo(37) discreto y reflexivo(29)

de la felicidad(51) date la clave.

¿Que quieres(52) que te diga ¡O caro Publio!

sino que amor platónico es dolencia(15)(15 )

de ingenua juventud? Bella(53) es la vida;

y el núbil corazón que a hondos(36) deseos

y a sentimientos ardorosos(17) quiere

dar expansión, despeñase(54) en el rudo(55)

torrente(56 ) de las frías realidades(57).

Mira la bella dama de ojos lindos(53),

como pálida virgen (58) poderosa(1):

roba luz a los astros(59) su pupila,

a las flores de ámbares, su aliento(59);

y en el suspiro(60) que su pecho(61) exhala(62)

va el perfume de cándidos amores.

Pues bien, Publio, si quieres que la hermosa(53 )

ideal, apacible(1 ), del querube

con el divino fuego, enamorada

corresponda a tus ansias, no te llegues

solamente llevando ante su vista(63 )

la augusta(41 ) ejecutoria(64 ) del honrado

corazón, ni las luces de tu espíritu(37),

ni los que brindó naturaleza(57 )

supremos(65) dones(43 )(66); sí, llégate altivo(42 )(42a)

con cadenas de rara orfebrería,

cuajada tu pechera(61) de diamantes,

rico anillo en el dedo, y que rebose(67)

te hará(38), Publio, la dama de los ojos(68) lindos!

¡Qué de tiernas(2) miradas(63 )(68)! Las palomas

de Venus Citerea, congojadas(11 )(69)

cesan(20 ) de aletear. Suene el vibrante

retintín de las libras esterlinas,

y a esa celeste música del banco

danzará de placer(12) la niña bella.

¡Oh Publio! la injusticia es bien notoria(57);

nosotros del ideal mantenedores

llevamos(13) mal camino(5): razón tienen

las hermosuras, que al reclamo dulce

del verdadero(57 ) amor se vuelven(25) sordas(8 )

y carantoñas(70) hacen al gastado(11 )(69)

creso(44) que las cazó con trampa(24) de oro.

No te arrojes(54) por eso a los placeres

de la sensualidad(2 )(71 ), ni ahogues(72) en vino

el pesar(11) que te cause el desengaño.(69)(73)

En taza ebúrnea que recama aljófar

de licor bien rellena(67 ), que en su fondo

con dulce néctar sabrosura lleva,

va la ponzoña que envenena el alma;

y en el mórbido seno que lascivia(7)(71 )

toca con sus tizones infernales(32)

anida áspid funesto(22) que hinca el duro

diente y mortal herida abre y encona.

No de Hilarión austero(44 ) y visionario(74 )

la dura castidad(58), mengua(10) del cuerpo,

te aconsejo seguir, ni de afligido(73)

anacoreta la oración perenne(34 )(74 )

y el silencio brutal(32), ni de Jerónimo

la contusión sangrienta. Tu eres hecho

para el trabajo: el mundo necesita

de ti, oblígate a dar frutos, produce(3)

lo que natura con sus leyes altas

te permite; y eleva a Dios la pura

oración que del pecho brote(67) y llegue

a su trono infinito. No se agote(72)

la fe que abrigas, de los dulces años

de tu infancia feliz(75 ) sumo tesoro.(47)

Y si la duda fría se despierta

en tu alma, y agonizas, y queriendo

escudriñar(6 ) la altura alzas la frente

sudosa; y agitados tus instintos,

infausta negación prorrumpe el labio

¡ay! prefiere(52) morir ¡O joven Publio!

a sufrir el embate(55 ) de esas vagas

y amenazantes(76 ) sombras; mas si puedes

vencedor en la brega(18), tu estandarte

a la lumbre(35) del sol(58) mostrar al mundo

limpio(39) de toda mancha, venturoso(75 )

llámate y escogido(64) del Eterno(34).

El cívico esplendor no te fascine,

Ni el halago que en premio de vilezas(49)

potentado insolente(76 ) haya de darte;

si es preciso que sufras y mendigues(46 )

tu honor quieren comprar. Torvo y huraño

antes de anudador(70 ). La cortesana

genuflexión(26 )(70 )que tu espinazo encorve(77),

hará que el polvo vil(49) tu noble frente

manche(78) humillada; llévala bien limpia(39)

iluminada(35 ) por el brillo(48) augusto

de la aurora(48) inmortal de la pureza.

Siempre altanero(42a) sé, nunca orgulloso(23)

con ese orgullo(51) de soberbia(21) loca;

ten esa majestad(21a) y altanería(21a)

que bien cuadra al varón(65 )(66) justo y severo(44)(55).

Si por celeste gracia, de poeta

guardas lira sonante, no la humilles(77):

esos divinos dones son tan altos

que con ligero toque se profanan(78).

Y cumple(65 ) así los mandamientos puros

de conciencia(26) y serás feliz ¡o joven!

cual tu mentor Erasmo lo desea(13 ).

 

(1884-1885)

 

Éste trabajo de 30 páginas brinda el plan condicional del Doctorado de Alexander Kiriyatskiy: «Exploración hermenéutica de algunos poemas de Rubén Darío en la influencia antigua y la medieval en las fronteras de la crítica y la lingüística poética».

Breve biografía de Rubén Darío


          El día 18 de enero de 1867 nace Félix Rubén García Sarmiento hijo de Manuel García (Darío) y Rosa Sarmiento Alemán, en Metapa. Ahora es el municipio del departamento de Matagalpa. La ciudad de su nacimiento tiene el nombre de Darío. El poeta genial es el primogénito de un matrimonio muy breve. El 3 de marzo lo bautiza el coronel Félix Ramírez Madregil, dentro de la muchedumbre, por tradición, en la iglesia de León Santiago de los Caballeros, domicilio de sus mayores. El nombre literario del poeta es la conexión de su segundo nombre oficial y el gran apellido Darío, que se toma de los miembros de la familia del padre con el nombre de su fundador; el origen de los Darío procede de Darío Mayorga.

En el año 1869 el matrimonio se divorcia. La madre desaparece con Rubén y Juan Benito Soriano de la vivienda de la tía y madre adoptiva del futuro poeta, Bernarda Sarmiento, quien había encabezado el casamiento infeliz que se deshizo dos años después. Detienen los fugitivos en San Marcos de Colón, Honduras, pero en pocos meses con muchísimas dificultades jurídicas su padrino Félix Ramírez Madregil (rico señor de nobleza), marido de Bernanda Sarmiento, obliga devolver el niño a sus padres adoptivos por derecho. Posiblemente, de esa misma acción valiente dependerá todo el futuro (educación, instrucción y percepción del mundo) del poeta potencial. Desde entonces pasará su niñez y adolescencia bajo la protección de Ramírez Sarmiento y firmará sus cuadernos durante sus estudios escolares con el nombre de Félix Rubén Ramírez. A su casa, los padres adoptivos invitaban a intelectuales y políticos;  sus tertulias se consideraban muy populares y todo eso se reflejará para siempre en la concepción espiritual de los valores y llegará a ser un de los elementos más importantes que formará los ideales del mancebo Rubén. "Mamá Bernarda" poseía un tesoro de tratos interesantes.

En 1870 su infancia, Félix Rubén, la continúa en la ciudad de León que tenía numerosas bóvedas de iglesias y palacios, avenidas empedradas y edificios de piedra. Al instante la ciudad de su niñez era llena de leyendas horribles sobre "aparecidos", "curas sin cabeza", "caballos desbocados", etc., toda una tradición de colonia insinuaba en cada conciencia temor tranquilo, barbarismo y religiosidad. La casadera para mí temerosa por las noches. Anidaban las lechuzas en los aleros. Me contaban cuentos de ánimas en pena y aparecidos los dos únicos sirvientes: la Serapia y el indio Goyo. Vivía aún madre de mi tía abuela, una anciana, toda blanca por los años y atacada de un temblor continuo. Ella también me infundía miedos (Autobiografía).

En 1871 ...El coronel Ramírez murió y mi educación quedó únicamente a cargo de mi tía abuela. Fue mermando el bienestar de la viuda y llegó la escasez, si no la pobreza. La casa era una vieja construcción, a la manera colonial: cuartos seguidos, un largo corredor, un patio con su pozo, árboles (Autobiografía).

En el año1874 ...Se me hacía ir a una escuela pública. Aún vive el buen maestro, que era entonces bastante joven, con fama de poeta: el licenciado Felipe Ibarra. Usaba, naturalmente, conforme con la pedagogía singular de entonces, la palmeta, y en casos especiales, la flagelación en las desnudas posaderas... Pero quien primeramente me enseñó el alfabeto, mi primer maestro, fue una mujer: doña Jacoba Tellería, quien estimulaba mi aplicación con sabrosos pestiños, bizcotelas y alfajores que ella misma... La maestra no me castigó sino una vez, en que me encontrará, ¡a esa edad, Dios mío!, en compañía de una precoz chicuela, iniciando indoctos e imposibles Dafnis y Cloe (Autobiografía).

En 1877, en un viejo armario Rubén abrió para sí el mundo literario de Cervantes, madame Stahl y Cicerón, las leyendas orientales, las creaciones de Moratín, los Oficios, etc. ...un tomo de comedias clásicas españolas, y una novela terrorífica, de ya no recuerdo qué autor, La caverna de Strozzi. Extraña y ardua mezcla de cosas para la cabeza de un niño... (Autobiografía).

En 1878 ...De mí sé decir que a los diez años ya componía versos, y que no cometí nunca una sola falta de ritmo... Del centro de uno de los arcos, en la esquina de mi casa, pendía una granada dorada. Cuando pasaba la procesión del Señor del Triunfo, el Domingo de Ramos, la granada se abría y caía una lluvia de versos. Yo era el autor de ellos. No he podido recordar ninguno... pero sí sé que eran versos, versos brotados instintivamente. Yo nunca aprendí a hacer versos. Ello fue en mi orgánico, natural, nacido (Autobiografía)

En la Iglesia de la Recolección, donde Darío entró en 1878 para estudiar con los jesuitas expulsados de Guatemala, había entre ellos hombres eminentes: un padre Koeng, austríaco, famoso como astrónomo; un padre Aruba, bello e insinuante orador; un padre Valenzuela, célebre en Colombia como poeta (Autobiografía).

En enero de 1879 escribe su soneto «La fe» que llega a ser su primera creación conocida por el mundo. Empieza a brillar por sus primeros tratos intelectuales. Imprime sus obras poéticas en "El Termómetro", el cual ha tenido su redacción en el territorio de la ciudad de Rivas y desde entonces el adolescente firma sus poesías bajo el apellido de su abuelo Darío.

León tiene un núcleo de intelectuales, poetas algunos, periodistas, jurisconsultos, literatos todos... Mariano Barreto ahonda mucho en el sabor idiomático; Román y José María Mayorga Rivas, Cesáreo Salinas, Manuel Cano y Félix Medina son poetas; Felipe Ibarra, Samuel Meza, Tomás Ayón y su hijo Alfonso, Jesús Hernández Somoza, son juris cónsules y publicistas; Ricardo Contreras, mexicano, ejerce la docencia y la crítica literaria; Modesto Barrios es periodista y orador. Todos estimulan a Rubén celebrando sus composiciones, solicitando su colaboración para diversos actos académicos y facilitándole obras literarias que leer con delectación. Esos escritores profesan el liberalismo ideológico; son lectores de Juan Jacobo Rousseau, y de Montesquieu, de Tácito, de Plutarco y en aquel momento tienen como oráculo al ilustre ecuatoriano Juan Montalvo (E. Torres: fragmento de La dramática vida de Rubén Darío).

El 10 de julio de 1881 Rubén Darío fecha la cubierta manuscrita del primer libro de su creación y lo titula Poesías y artículos en prosa que deja sin editar. Sólo después de su muerte la Universidad de Nicaragua lo imprime al cincuentenario del fallecimiento. Del segundo volumen, que obliga a suponer que había de incluir los "artículos en prosa"; permanece, para nuestro pesar, perdida su cubierta.

En el diario político La Verdad Darío imprime noticias de lucha que están compuestas en el estilo de Juan Montalvo, contradiciendo al poder. En el mes de diciembre su popularidad lo conduce a Managua en la búsqueda de cualquier sustento oficial. Darío considera la ayuda de los liberales.

  El 24 de enero de 1882 da a leer su obra poética en cien décimas «El libro» en la fiesta de palacio del Ejecutivo. Lo lee antes el presidente de la Republica Joaquín Zavara. Extraje de mi bolsillo una larga serie de décimas, todas ellas rojas de radicalismo antirreligioso, detonantes, posiblemente ateas y que causaron un efecto de todos los diablos (Autobiografía). El 30 de enero el Gobierno nicaragüense decide que el poder debe pagar de la instrucción de Darío en un Colegio de Granada, pero por motivos políticos y personales el poeta no se sirve del apoyo estatal. En el mes de agosto los partidarios de Rubén Darío lo transportan hacia El Salvador tras haberlo convencido de no casarse con la representante de la familia Murillo y así alejarlo de la "grasa morena". En la primera emigración se reúne con su paisano el poeta Román Mayorga Rivas y crean juntos los dos un poema el día 15 de noviembre.

El 24 de julio de 1883 en compañía de sus amigos festeja el primer Centenario del nacimiento de Simón Bolívar en San Salvador, entonces lee su poema «Al Librador Bolivar», que se saldrá la luz en la Imprenta de la Ilustración. Trabaja como profesor de morfología y sintaxis en liceos de El Salvador. Investiga ocultismo y realiza magnetismo. Se encuentra con Francisco Gavidia, quien practica la renovación del alejandrino francés y le sirve de modelo en español a través de la poesía de Hugo, pues Francisco Gavidia es conocedor documentado de su herencia literaria.

En el año1883 Darío reaparece en Nicaragua y recomienza sus amoríos con "la grasa morena", en diciembre trabaja en una entidad comercial de Granada. Escribe «Alegorías» e imprime A la Unión Centroamericana (León, Tipografía de J. Hernández).

En 1884 ejerce un cargo en la secretaría fundada de la presidencia de Nicaragua durante la junta de Adán Cárdenas; al mismo tiempo trabaja en la Biblioteca Nacional, encabezada por el poeta Antonio Aragón. El 13 de noviembre llega a ser miembro de la comitiva que acompaña a los presidentes, lo que confirma su importancia en San Juan del Sur y Corinto. Hace sus lecturas en la Biblioteca Nacional (la Biblioteca de Autores Españoles presentados de la colección Rivadeneira). Darío coopera en el Diario de Nicaragua, El Ferrocarril, sobre todo en El Porvenir de Nicaragua. Crea los poemas «Epístola a Juan Montalvo» y «A Ricardo Contreras». Éste segundo se considera mejor responso del corazón herido por varios dignos ejemplos de la historia. Así Darío contesta a los dos artículos crueles que editó Contreras sobre «La ley escrita de Rubén Darío» en El Diario nicaragüense en el mes de noviembre, el 16 y el 22. Si el crítico impertinente no hubiera escrito esos artículos destructivos, probablemente, no hubiera permanecido en la historia en un papel tan negativo.

  Al comienzo del año 1885 Darío corrige poco la respuesta «A Ricardo Contreras» para mostrarla a sus partidarios.

Darío prosigue con su obligación en la Biblioteca Nacional, según la suposición de numerosos contemporáneos, aprende de memoria el Diccionario de Real Academia. Previo a muchas "quejas unionistas" de Justo Rufino Barrios, Presidente de Guatemala, la junta administrativa de conservadores nicaragüenses le contradice y Rubén les contesta por sus obras patrióticas y un «Himno de guerra». Entonces escribe poesías y relatos. El 25 de mayo se va de éste mundo Victor Hugo; Darío dedica a su muerte el epitafio «Víctor Hugo y la Tumba». Él crea «A las orillas del Rin» y «Las albóndigas del coronel». Luego la Tipografía Nacional le promete que editaría su libro Epístolas y poemas, que no se imprimirá hasta 1888 y cambiará su título, llamándolo Primeras notas.

En enero de 1886 empiezan sus ediciones de El Imparcial de Managua, presidido por Darío, Eugenio López y Pedro Ortiz.

A causa de la mayor desilusión que pueda sentir un hombre enamorado, resolví salir de mi país (Autobiografía). Juan Cañas, general y poeta de El Salvador que había sido diplomático en Chile, lo aconseja: Vete a Chile. Es el país a donde debes ir. Vete a nado, aunque te ahogues en el camino. El 5 de mayo sale de Corinto en el Urda; el 24 de junio llega a Valparaíso y poco antes el 16 de junio El Mercurio imprime su obra poética «La erupción del Monotombo». En colaboración con Eduardo Póinter, como hermanos, crean la novela «Emelina» para el festival poético, especie concurso, en la redacción de La Unión de Valparaíso.

Luego él aparece en Santiago y allí llega a ser miembro de la redacción de La Época encabezada por Eduardo Mac Clure; después entre redactores, poetas y prosistas penetra en la élite intelectual de Chile donde se relaciona con Luis Orrego Luco, Manuel Rodríguez Mendoza, Narciso Tondreau, etc.. El día 10 de diciembre se encuentra con Pedro Balmaceda Toro, hijo del presidente. Al mismo tiempo es corresponsal de El Daiario de Nicaragua.

En el año 1887 regresa a Valparaíso como famoso inspector de Aduana. Edita Abrojos (Santiago, Imprenta Cervantes) y se edita en la Revista de Artes y Letras. Entonces participa en el Certamen Valera y obtiene el primer premio con el «Canto épico a las glorias de Chile» y logra un accésit [alcanzó] por las Rimas. Publica también su novela «Emelina» pero no consigue ningún premio. Ofendido se va a Santiago, pero en diciembre vuelve a Valparaíso. Crea «Ananke», «Autumnal», «El Fardo», «Invernal», «El velo de la reina Mab», «El rey burgués» (cuento alegre) y «La ninfa» (cuento parisiense) que entrarán en la primera parte de su futuro libro famoso Azul, incluyéndolos a excepción de «Ananke», «Autumnal» e «Invernal». Todos los tres se publicarán en la parte siguiente, poética, del libro. La creación de Azul dividirá toda su vida artística en dos mitades distintas. La primera mitad determina a Darío como a un gran poeta hispanoamericano. La segunda lo fija como a un neo clasicista mundial, el cual crea sus obras en castellano sobre la influencia de toda la literatura universal.

La impresión que guardo de Santiago en aquel tiempo, reduciría a lo siguiente: vivir de arenques y cerveza en una casa alemana para poder vestirme elegantemente, como correspondía a mis amistades aristocráticas (Autobiografía).

En 1888 hace falta constatar su colaboración en El Heraldo de Valparaíso y en La Libertad Electoral de Santiago donde el 7 de abril atrae la atención el famoso artículo de Rubén Darío «Catulle Méndès» (sic) «Parnasianos y decadentes». Para valorar su significado es posible citar un pequeño fragmento: Juntar la grandeza a los esplendores de una idea en el cerco burilado de una buena combinación de letras; lograr no escribir como los papagayos hablan sino como las águilas callan; tener luz y color en un engarce, aprisionar el secreto de la música en la trampa de plata de la retórica. Entonces fallece José Victorino Lastarria, sin escribir nada al susodicho libro que fue compuesto para publicar. Parece que todo dependerá de Eduardo de la Barra quien tardará con su prólogo famoso que verá la luz del 20 al 21 del mes de septiembre. Es que Azul...cuentos y poesías sobre la existencia del autor en Chile. Empezará la época del modernismo hispanoamericano, a cuyo comienzo tendrá que negarse su fundador. Él se aproxima con el tiempo a la herencia literaria del clasicismo para subir de los sufrimientos a la dicha infinita.

En el prólogo general a la segunda edición Azul Juan Valera afirma lo siguiente: Este libro, "Azul"..., cierra literariamente el siglo XIX y se anticipa al XX. Los siglos literarios no se ajustan a los hitos cronológicos. "Azul"... destruye el párrafo enfático y declamatorio característico de la centuria decimonónica y trae a la prosa y al verso castellanos una voluntad de estilo y de belleza, a la que fueron ajenos los últimos románticos...

"Azul"... iba a denominarse en principio, "El año lírico", título general de las cuatro composiciones llamadas "Primaveral", "Estival", "Autumnal" e "Invernal". Pero, después, el poeta decidió bautizarlo con el nombre que iba, en verdad, a ser inmortal. "Azul"... se publicó en Valparaíso, en la imprenta "Excelsior", el treinta de junio del año de 1888...

  Al fin del año Rubén Darío prefiere volver a Nicaragua, pero antes logra el puesto deseado como periodista oficial de La Nación, sus redactores la imprenten en Buenos Aires. En eso periódico allí editan sus artículos Martí y Groussac, además de Santiago Estrada, por sus manuscritos que son "maestros de prosa". Entonces en España Darío imprime la «Sinfonía del año». Penosamente el día 5 de noviembre muere su padre Manuel García Darío.

El 9 de febrero del año 1889 se embarca de Valparaíso a Corinto de Nicaragua. Antes de abandonar su cargo compone su primer artículo a La Nación, pero durante toda la navegación hace noticias de su viaje de Brasil a Valparaíso en el crucero «Almirante Barroso». Darío está poco tiempo en Lima, en Perú se encuentra con Ricardo Palma y se relaciona con Eloy Alfaro, General.

El día 6 de marzo arriba a Nicaragua y decide vivir en León. Luego, el 1 de mayo viaja a El Salvador, donde vive con la recomendación del General Francisco Menéndez, Presidente de la República y partidario de la Unión Centro latinoamericana. Él lo designa llegar a ser director de su periódico La Unión, instituido para integrar los procesos políticos. El 1 de junio la sociedad recibe la información de la muerte del Señor Pedro Balmaceda Toro, en El Salvador. A su honor Rubén Darío escribirá un recuerdo A. de Gilbert, que llega a ser su primer volumen del prosista y que se imprimirá el año siguiente en San Salvador: ¡Iríamos a París, seríamos amigos de Armand Silvestre, Daudet, de Catulle Mendès, le preguntaríamos a éste por qué se deja sobre la frente un mechón de rubia cabellera; oiríamos a Renán en la Sorbona y trataríamos asiduos contertulios de madame Adam; y escribiríamos libros franceses!, eso sí.

En 1890 Darío organiza su propia compañía de "unionistas" con un engarce de corresponsalías que se recogerán póstumamente en Crónica política. En eso tiempo consume su casamiento con Rafaela Contreras Cañas, hija del periodista de Honduras, don Álvaro. El día 21 de abril la boda por Iglesia es prohibida por la junta de revolución sublevada de Carlos Ezeta, el cual combate contra el General Menéndez y al día siguiente, con su familia, Darío se va. El 27 de abril arriba a Guatemala donde escribe para el Diario de Centro América, antes de convertirse, el día 8 de diciembre en director de El Correo de la Tarde. Aparece la segunda edición, ya aumentada, del volumen Azul... (Guatemala, Imprenta de la Unión), que está prolongada de la exploración que susodicho Juan Valera había hecho para sus «Cartas Americanas».

  En la etapa en San Salvador uno de sus generales compañeros llegó a ser Francisco Gavidia con quien penetré en iniciación ferviente en la armoniosa floresta de Víctor Hugo y de la lectura mutua de los alejandrinos del gran francés, que Gavidia, el primero seguramente, ensaya en castellano a la manera francesa, surgió en mí la idea de renovación métrica que debía ampliar y realizar más tarde. (Autobiografía)

En 1891 Manuela Cañas de Conteras y su hija Rafaela se transportan a Guatemala y el día 11 de febrero Rubén festeja su matrimonio tradicional por la iglesia. En el periódico de Rubén Darío participa el joven periodista Gómez Carillo. Rubén le otorga un estipendio para embarcar a Europa. La administración quiere cerrar El Correo de la Tarde y el día 5 de junio se publica su último número. El 15 de agosto con su mujer y suegra Darío se embarca a Costa Rica. Su camarada Gavidia lo invita a la redacción de La Prensa Libre de la que ocupaba el puesto de director. El 12 de noviembre la esposa de Darío le pare su primogénito. Su defensor y mecenas llega a ser el General Lesmes Jiménez quien cancela los deberes financieros de su pasado cruel.

En el año 1892 Pío Víquez, esencial redactor de El Heraldo, le da un trabajo en su redacción. Entonces Rubén Darío admira a la Precedencia de Guatemala José María Reina Barrios. Parte para allí, pero hasta el 11 de mayo en Guatemala no consigue nada.

Darío es famoso en aquel período como secretario de la delegación. La junta administrativa de Nicaragua lo envía en misión a la Península Ibérica para los festejos del Cuarto Centenario del descubrimiento de America en 1492. Rubén se embarca el 24 de junio hacia la escala en Cuba. En La Habana conoce a Julián del Casal y, después, a Raúl Cay, hermano de la cubana con el origen de Japón. Luís H. Debayle llega a ser su compañero durante su viaje y en el mes de agosto ya están en Madrid. Allí Darío se trata con los intelectuales peninsulares: Juan Valera, Salvador Rueda (a su libro Rubén Darío compone "Pórtico"), Campoamor, Castelar, Menéndez Pelayo, Emilia Pardo Bazán, Núñez de Arce. En la capital de España Darío crea dos obras: «A Colon» y «Elogio de la seguidilla» y en el mes de noviembre regresa, visitando una vez más La Habana, y con la escala en Cartagena de Indias. En la segunda escala Rafael Núñez le promete un consulado en la capital de Argentina.

El 26 de enero de 1893 se va de éste mundo su mujer Rafaela Contreras en El Salvador. El 8 de marzo en su casa en Managua está Rosario Murillo con quien se casa a modo de su solución muy forzada. El 3 de abril aparece en Panamá con su nueva mujer. En pocos días Murillo ha de tornar a Nicaragua.

  Después nacerá Darío Darío, primogénito de su segundo matrimonio forzado, quien pronto tiene que morir. Luego el poeta parte para Nueva York donde en los últimos días de Mayo se encuentra con su admirado José Martí, el viejo poeta lo nombra "¡Hijo!".

El 7 de junio se traslada a Francia cuya capital desde la infancia soñó mucho con ver: En la ciudad del Arte, de la Belleza y de la Gloria; y sobre todo, era la capital del Amor. Ya en París, me inicié en aventuras de alta fácil galantería. Gómez Carillo y Alejandro Sawa gozan del trato de Darío y de sus obras poéticas los que recita en alta voz. En un café Darío conoce a Paúl Verlaine y allí se relaciona con Charles Morice y, además, con Jean Morreas. Rubén, gastado sus últimos francos, vuelve a la capital de Argentina. El 13 de agosto aparece en Buenos Aires adheriéndose al colegio de La Nación, publica sus artículos en La Tribuna y en algunos otros periódicos. Sus amigos allegados llegan a ser Enrique de Vedia, José Ceppi (Aníbal Latino), Julio Piquet, José Miró (Julián Martel), particularmente Roberto J. Payró.

En el año1894 Claro es que mi mayor número de relaciones estaba entre los jóvenes de letras con quienes empecé a hacer vida nocturna, en cafés y cervecerías... , que son Eduardo L. Holmber, Alberto Ghiraldo, Charles Soussens, José Ingenieros, Antonio Lamberti y José Pardo. Pasaba pues, mi vida bonoaerense, escribiendo artículos para la “Nación” y versos que fueron más tarde mis "Prosas profanas", y buscando por la noche el peligroso encanto de los paraísos artificiales (Autobiografía). Entonces en sociedad del joven poeta boliviano Ricardo Jaimes Freyre organiza y administra la Revista de América de la que sólo se publican tres números. En diciembre Carlos Vega Belgrano dirige con Darío el Ateneo de Buenos Aires que aparece para los jóvenes talentos que rodean a Rubén.

El día 3 de mayo del año 1895 tiene que fallecer su madre, Rosa Sarmiento en El Salvador.

El genio de Nicaragua se mantiene sólo por sus honorarios de La Nación, por algunas mediaciones de Mariano de Vedia y en La Tribuna, escribe: Mi obligación era escribir todos los días una nota larga o corta, en prosa o en verso, en el periódico. Compone la sucesión de descripciones prosáicas que también entra en 1896 en el volumen Los raros.

En el mes de mayo se embarca a la isla de Martín García y allá él crea los poemas «Epístola a Ricardo Jaimes Freyre» y «La marcha triunfal». Ayuda a publicar dos volúmenes de Emilio Rodríguez, Gotas de absintio y de Alberto Ghiraldo, Fibras.

  En 1896 encontramos a Darío sobre la cima de su fama que se expande por las publicaciones de sus libros Los raros (Tallares de "La Vasconia") y Prosas profanas y otros poemas (Imprenta de Pablo Coni e Hijos), cuyos gastos fueron abonados por Carlos Vega Belgrano quien entonces llegará a ser director del diario El Tiempo donde publicaba sus trabajos Darío. Poco antes estaba en la ciudad de Córdoba. Allí el 15 de octubre leía su obra poética «En elogio del Ilmo: Obispo de Córdoba, Fray Mamerto Esquiú» que provoca su escándalo literario que el 19 de octubre Darío describió en El Tiempo.

Por la revuelta Rubén separa de las famosas «Palabras liminares» que sirven de lo manifestó, Rubén publica su contestación a la crítica de Broussac sobre su libro Los raros en «Los colores del estandarte», la imprime el día 27 de noviembre en La Nación. El libro Prosas profanas tuvo que salir durante los últimos meses del año y olvidarse por el año siguiente. Entonces sigue la crítica de alabanza.

En 1896 hay en Buenos Aires otro joven poeta Leopoldo Lugones. A él Darío tendrá que ayudar con su pasión. A Leopoldo Lugones se interesará el cenáculo de Auer’s Keller.

En el año1897 pide apoyo financiero del Presidente de Nicaragua, José Santos Zelaya, sin conseguir nada más que promesas. Rosario Murillo vuelve que ambos aparezcan en la capital argentina. Rubén prosigue su trabajo perseverante de periodismo y literatura en sus diarios, y crea cuentos: «Gesta Moderna»; «Un cuento para Jeanette»; «Por el Rhin»; «La leyenda de San Martín, patrono de Buenos Aires»; al mismo tiempo escribe poesías: «Balada A Leopoldo Días» y «Diálogo de una mañana de Año Nuevo». Publica artículos sobre literatura y sobre su tiempo. El 26 de noviembre en la redacción de El Tiempo Rubén Darío festeja con vehemencia la publicación del libro de Leopoldo Lugones Las montañas del oro.

Comienza a imprimir en La Biblioteca, que guía Paúl Groussac, una novela arqueológica del estilo de Salambó de Flaubert. Se titula «El hombre de oro». Allí presenta el quinto, el sexto y el nono capítulo a lectores, con los cuales unificaría un fragmento de la novela de 1898, que se llamaría «La fiesta en Roma», pero, a fin de cuentas, ésto no será realizado.

En el año 1898 lo horroriza la guerra hispanoamericana. En sus publicaciones en El Tiempo, Rubén condena a Los Estados Unidos. La Nación ha sustentado a partidarios de España. Ella acreditará a su mejor periodista para constatar la opinión española. Julio Piquet sufraga todos los gastos de corresponsal y el 3 de noviembre Rubén Darío parte para Europa.

  En 1898 su misión de corresponsal trajo ganancia. Produjo efecto a lectores su artículo dedicado al fallecimiento, en noviembre, de Stéphane Mallarmé y a la muerte de Puvis de Chavanne.

El 1 de enero del año 1899 llega a Barcelona donde alienta la fuerza del espíritu catalán. El 4 de enero arriba en Madrid donde transmite noticias diferentes (los políticos del día parece que para nada se diesen cuenta del menoscabo sufrido) que luego compondrán el volumen España contemporánea. Torna a sus encuentros con los intelectuales y conoce a algunos nuevos: Bernante, Maeztu, Francisco Villaespera, Ruiz Contreras; Manuel Machado y su futuro allegado amigo Juan Ramón Jiménez. Imprime obras poéticas en tres maneras españolas: «Cyrano en España», «Al rey Oscar» y «Trébol». Conoce a la campesina joven Francisca Sánchez del Pozo hermosa, analfabeta, a quien Darío enseña a leer, luego, tiene el gusto de transformarla en la dama de su corazón. En octubre viaja a la casa de sus padrinos en Naval sauz, Ávila. Recibe estipendio de La Nación y se embarca a París para ser corresponsal en la Exposición Universal.

Al comienzo de 1900 se va a París, donde aparece en la iglesia de Lourdes y el 20 de abril manda su primer artículo sobre la Exposición. La serie de aquellas noticias en 1901 entra en el libro Peregrinaciones.

En París se relaciona con Gómez Carrillo, Manuel Hurgarte y Rufino Blanco Fondona; tiene amistad con Amado Nervo y Justo Sierra. Halla y escribe biografía de Henri de Groux, dibujante belga. En París se trata con Lautent Tailhade, anarquista. El 11 de octubre a propósito del inicio del siglo XX (con el visésimo centenario del nacimiento de Jesucristo) arriba a Italia pasando por Turín y Génova, Pisa y Livorno, Roma y Nápoles. En Roma llega a ser testigo de una ceremonia dirigida por el Papa León XIII, sobre lo cual describe con vehemencia. Entonces conoce a Vargas Vila. En el libro dedicado a Rubén Darío, después de su muerte trágica en el año 1916, Vargas Vila recuerda aquellos días: ...es el genio de Darío lo que ha hecho mi admiración por él, pero es la debilidad de Darío, la que ha hecho mi cariño y mi amistad por él; era un niño perdido en un camino.

En abril de 1900, en Madrid nace su hija. La llaman Carmen. Ella ha de fallecer el año siguiente.

En 1901 Rubén Darío edita tres tomos en la imprenta de la Viuda de Ch. Bourret: España contemporánea, Peregrinaciones (con un prólogo de Justo Sierra) y la segunda publicación, aumentada, de Prosas Profanas, con un prólogo de José E. Rodó donde hay ausencia de su nombre.

En 1901 Francisca Sánchez se une con Rubén Darío.

Se va a Inglaterra, arribando a Stratford on Avon, de donde viene a Bélgica. En ese verano parte para Dieppe en compañía de Manuel Ugarte. Compone bastos artículos para La Nación pues tiene falta de dinero. La búsqueda permanente de salario llega a ser su costumbre. Atiende a varios problemas actuales de Francia para publicar sobre los cuales antes que todos.

En 1902 la imprenta de los Garnier edita su libro La caravana pasa, el cual se compone de los artículos publicados de Darío durante todo el año pasado. En la capital francesa se relaciona poco con Antonio Machado, famoso poeta. Aunque sus opiniones sobre los criterios poéticos serán siempre muy diversas, nunca perderán jamás la mutua estimación. Se corresponde con Juan Ramón Jiménez quien invita a Darío a colaborar en su revista Helios. Darío le manda sus mejores últimas poesías. Poco antes, en 1900 especialmente para las Ninfas de Juan Ramón Jiménez ya existe su poema «Atrio». Amado Nervo torna a México. Con un soneto introducción de Rubén Darío allí se imprime el volumen poético de Nervo.

El 12 de marzo de 1903 la administración nicaragüense titula a Darío cónsul en París. Su rico apartamento estará en el municipio de Mont-Martre. Tradicionalmente comerá en Au Filet de Soleil, entre sus compatriotas: Eulogio Horta (de Cuba), Ugarte, Ricardo Rojas, Lugones.

Francisca Sánchez le pare su segundo hijo, Rubén Darío Sánchez. Su padre le dedica la obra «Phocás, el campesino» que significa que nunca la consederará como igual a él.

Escribe el famoso prólogo para Crónicas del bulevar de Manuel Ugarte.

Se embarca del puerto de Barcelona a Málaga. Su impresión después de aquel viaje se reflejará el próximo año en el tomo Tierras solares. En la obra «La tristeza andaluza» admira el libro Arias tristes de Juan Ramón Jiménez.

Al comienzo de 1904 aparece en Gibraltar y Marruecos. Luego en febrero visita Granada, Sevilla y Córdoba. En el mes de marzo está en París. En mayo empieza su viaje por "tierras de bruma". Arriba a Alemania, Austria, Hungría e Italia hasta junio. En Madrid sale su libro Tierras solares (Tipografía de la Revista de Archivo) donde hay alusión al cuidado de Gregorio Martínez Sierras, quien se preocupa de la edición de las crónicas de Opiniones. Entonces Rubén Darío compone su nuevo tomo poético.

Juan Ramón Jiménez colabora con la revista de Darío llamada Blanco y Negro. Rubén ayuda publicar el volumen Pequeña ópera lírica de Blanco Fombona. Asimismo Darío apoya edición de otro libro, Sonata de primavera de Valle Inclán. 

  En el mes de febrero de 1905 Rubén Darío regresa con Francisca Sánchez a España. Durante el solemne congreso del Ateneo, en Madrid presenta a sus miembros la «Salutación del optimista». Luego crea su «Letanía a Nuestro Señor Don Quijote». El día 10 de junio muere su hijo Rubén Darío Sánchez.

Con el sostén de Juan Ramón Jiménez escribe su nuevo libro poético. Busca el título en varias combinaciones lo nombra Canto de vida y esperanza. Los Cisnes y otros poemas que se da para la Tipografía de la Revista de Archivos. Es la más honorífica de los propios clientes de donde salen sus 500 ejemplares. El pequeño "pórtico" acentúa su estética y demuestra la específica de su «Oda a Roosevelt» que advierte a los lectores: Si en estos cantos hay política es porque aparece universal. Y si encontraréis versos a un presidente, es porque son un clamor continental. La imprenta Maucci publica la segunda edición corregida y ampliada de su libro Los raros y en Buenos Aires la Biblioteca de la Nación edita, al contrario, una compilación reducida de Azul...

En mayo de 1906 se embarca a Inglaterra y Bélgica.

Es designado secretario de la delegación nicaragüense a la Conferencia Panamericana de Río de Janeiro. Se encuentra con el ministro Doctor Luis Felipe Correa en Nueva York. Entre los delegados centroamericanos participan dos poetas amigos, Juan Ramón Molina y Román Mayorga Rivas. El segundo será secretario de las delegaciones hondureñas y de una de El Salvador. En Río de Janeiro Rubén Darío crea la «Salutación del águila» después de lo que lo advierte el Señor Blanco Fondona.

En el mes de agosto regresa a Buenos Aires. En la capital argentina el colegio de La Nación lo felicita con un alegre banquete.

En Francia se lee, para imprimirse, su Oda a Mitre, en París (por Imprimerie Eymeourd). Rubén Darío arriba a la capital de Francia. En invierno está en Palma de Mayorca y se relaciona con Joan Alcover, Gabriel Alomar, Emilio Guanyabens y Josep Carner. Escribe allí su novela «La isla de oro», la cual quedará inconclusa. Entonces aparece su «Epístola a Madame Lugones». Al fin del año lo frecuenta Ramos Martínez, dibujante de México.

Lectores de Rubén Darío leen el tomo de ensayos Opiniones (editado en la Librería de Fernando Fe de Madrid). Darío compone el preludio para Alma América de José Santos Chocano. Rosario Murillo en París soñará con intentar y reconciliarse con su hombre, el cual oficialmente no está aún divorciado.

En 1907 Rubén Darío está en Brest en los meses de verano, donde no se niega al encuentro con Rosario, pero en París la joven y hermosa campesina le regala el segundo Rubén Darío Sánchez, a quien el poeta llamará Güicho. Darío siente la nostalgia por su patria y el 23 de noviembre retorna a Corinto: Tras quince años de ausencia, deseaba yo volver a ver mi tierra natal. Había en mí algo como una nostalgia del Trópico. Visita soberbio de majestad a fines de noviembre y comienzos de diciembre las esenciales ciudades de Nicaragua: León, Managua y Masaya. Especialmente el Congreso Nacional proclama la "Ley Darío" para facilitar su divorcio con Murillo, pero el permiso al vínculo oficial no se hace a cabo. El día 21 de diciembre la junta administrativa del General José Santos Zelaya lo designa Ministro Residente ante el gobierno de España.

En Madrid la Librería Fernando Fe edita la segunda publicación de Cantos de vida y esperanza y Parisina, de sus últimos artículos de periódicos. En la edición de la Tipografía de Archivos sale su nuevo libro de poesía, El canto errante, donde el prólogo «Dilucidaciones» se compone de sus noticias para El Sol de Madrid: Como hombre he vivido en lo cotidiano; como poeta, no he claudicado nunca, pues siempre he tendido a la eternidad...»

En el comienzo de 1908 Rubén descansa en Nicaragua hasta el mes de abril en que regresa a Europa: Como alejado y como extraño a vuestras disensiones políticas, no me creo ni siquiera con el derecho de nombrarlas. Yo he luchado y he vivido, no por los Gobiernos, sino por la Patria; y si algún ejemplo quiero dar a la juventud de ésta tierra ardiente y fecunda, es el del hombre que desinteresadamente se consagró a ideas de arte, lo menos posiblemente positivo, y después de ser aclamado en países prácticos, volvió a su hogar entre aires triunfales.

El 2 de junio tiene el gusto de presentar cartas credenciales de Ministro de Nicaragua a Alfonso XIII en Madrid. Estando en la capital española reemplaza a Amado Nervo, secretario ausente de la Delegación de México. Sufre por restricción financiera pues no le remiten el apoyo para su embajada.

Él ayuda publicar el volumen de Blanco Fondona Au-delà des horizons. Entonces él crea su propio libro sobre Nicaragua.

En el comienzo del año 1909, frecuentando, Italia regresa a París y queda la embajada de Nicaragua en Madrid en manos de su secretario Sedano. Saldan la luz en España sus dos libros: el Alfonso XIII (en Biblioteca Ateneo) que relata de las acciones diplomáticas y El viaje a Nicaragua e intermiso tropical (idem.), cual es crónica emocionada en palabras de Ernesto Mijía Sánchez. Rubén Darío se entusiasma mucho cuando se entera del despido de Zelaya y de la pretensión a la Presidencia de su camarada de colegio, Dr. Madriz, porque el poeta se convierte en su ministro plenipotenciario.

En el año1910 en Madrid (Biblioteca Ateneo) sale su Poema del otoño y otros poemas, en tanto que la Librería de Sucesores de Hernando empieza publicar sus Obras escogidas en tres tomos empezando de sus artículos en El Imparcial y en Heraldo de Madrid. A pedido del periódico La Nación Darío compone la gran obra poética «Canto a la Argentina». La consagra en la especial publicación de mayo, como felicitación al centenario de la independencia. Esa creación le será remunerada con diez mil francos.

En los meses de verano está con Ricardo Rojas, en Inglaterra, con sus famosos huéspedes del ocultista Austin de Croce. Durante el regreso halla al poeta Saint Paúl Roux en Francia.

José Madriz, Presidente nicaragüense lo nombra delegado de las celebraciones del centenario de la independencia de México. El 21 de agosto de 1910 sale en Saint-Nazaire rumbo a Veracruz. En este período lleva un diario personal que concluirá el día 11 de noviembre. El 2 de setiembre visita La Habana. El 4 de septiembre está en Veracruz por invitación de su gobernador y se le rinde un homenaje, pero a causa de la revolución la nueva junta administrativa de Porfirio Díaz le aconseja que él no viaje a la capital de México. Hay manifestaciones de estudiantes en sustento a Darío. El 12 de noviembre vuelve a La Habana. En Cuba con Osvaldo Bazil, Max Henríquez Ureña y algunos otros escritores, Rubén Darío participa en el aniversario del fallecimiento trágico de J. del Casal. Al fin del mes de noviembre se embarca a Europa.

De regreso a París ve que el nuevo gobierno ha reducido su apoyo económico a la embajada. Continúa sus colaboraciones en La Nación. Dos empresarios de Uruguay, los hermanos Armando y Alfredo Guido le piden dirigir una revista, Mundial, y prometen un salario de 400 francos por mes. Su destino lo hace colaborar con el pintor Leo Marcelo y el músico René Pérez. En mayo publican su primer número. En Mundial presenta la rúbrica de "Cabezas" donde se relata sobre escritores y políticos de América y Europa y propone a todos sus amigos que colaboren buscando nuevos materiales. Aunque son y algunas ocasiones como las que provocan la ofensa de su camarada Rufino Blanco Fombona.

Arriba a Hamburgo por invitación de Fabio Fiallo cónsul en la ciudad a quien brinda otra recopilación de sus artículos, Letras (París, Hnos). Al mismo tiempo publica el volumen de Francisco Contreras, La piedad sentimental. Prosigue su fiel publicación en La Nación sobre actualidad con sus noticias sobre "El mundo de los sueños" que proyecta algunas de sus tristes previsiones.

En 1912 Los Hnos. Guido preparan una compaña propagandística por España y América. En marzo organizan un banquete, dedicado al viaje de Darío, invitan a Francisco, al cual García Calderón, Eugenio Garzón, Carrasquilla Mallarino, Leopoldo Lugones, Manuel Machado, Alcides Arguedas, etc.. Rubén Darío arriba a Barcelona, Lisboa, Río de Janeiro, San Pablo, Montevideo y Buenos Aires: a cada visita suya lo honran los escritores y artistas y en Buenos Aires le hacen una solemne acogida. Cada vez Rubén Darío recita poesías, hace conferencias, regala libros, firma autógrafos y escribe sus poemas manuscritos en numerosos álbumes, publicitando a los Hnos. Guido.

El redactor de Caras y Caretas le pide que le regale su autobiografía, que dicta a sus periodistas en setiembre y en octubre: «La vida de Rubén Darío escrita por él mismo». En La Nación publica la «Historia de mis libros». Su débil salud le estorba proseguir el viaje. Entonces regresa a París. Allí, el 16 de noviembre, E. Gómez Carillo le ofrece un lindo banquete encabezado por Paúl Fort. En Madrid compran una nueva colección de artículos, Todo al vuelo, por la cual la Editorial Renacimiento le abonará 400 francos.

En enero de 1913 en una misión se va a Barcelona para volver a París. En el mes de mayo, en la capital francesa, lo visitan Francisca Sánchez, su hijo Güicho y la hermana de su mujer, María. Rubén convidado por Juan Sureda y Pilar Montaner vive en otoño en Valldemosa en la isla de Mayorga y allí aumenta su alta actividad creativa. Compone «La cartutuja», «Los olivos», «Valldemosa». Darío empieza una novela autobiográfica, «Oro de Mayorga», que tampoco tendrá que dejar nunca inconclusa. Deseando olvidar el alcohol, pasa entonces un etapa de misticismo que se refleja en su retrato con estilo cartujo. Osvaldo Basil lo frecuenta, se relaciona mucho con él e intenta en vano vencer su alcoholismo. El día 27 de diciembre Darío se traslada a Barcelona y vuelve a París.

En el año 1913 La Nación ha hecho su segunda publicación de la «Historia de mis libros». En ese año ayuda publicar el volumen Los cálices vacíos de D. Agustini, con su introducción.

En 1914, en París los Hnos. Guido buscan cualquier posibilidad para cuidar de su vida. Darío tiene miedo de la muerte y frecuenta a dos médicos amigos. Son José Ingenieros y Diego Carbonell. Se refuerza su dependencia al alcohol y su inquietud.

En la Biblioteca Corona de Madrid Rubén logra de su fama la publicación más respetable del Canto a la Argentina y otros poemas y presenta la recopilación Muy Siglo XVIII. Piensa en un viaje tranquilo por América para no observar la Europa en la primera guerra mundial y olvidar las angustias financieras. Le ayuda realizar todo eso su secretario Alejandro Bermúdez. La primera escala es Barcelona. Vargas Vila, asustado de su debilidad física, lo convence que permanezca en la ciudad de Barcelona con él y rechace el último viaje. Pero el 25 de octubre Darío abandona Europa, navegando en un barco llamado Vicente López. En noviembre llega a Nueva York donde con la enfermedad de pulmones escribe unos poemas dramáticos y participa en reuniones de paz y homenajes.

En 1915, por varias protecciones de los jefes del Instituto de Artes y Ciencias y de la Hispanic Society of America, en la Universidad de Columbia recita su poema "PAX" y el 4 de febrero Alejandro Bermúdez hace su conferencia en los Estados Unidos.

Invitado por Estrada Cabrera, el 20 de abril arriba a la ciudad de Guatemala y a petición del Presidente crea, para los festejos de Minerva que él encabeza, su obra «Palas Atenea». Penosamente en octubre escribe su último poema «Canto del cisne», para la celebración guatemalteca. Allí viene de Nicaragua Rosario Murillo con el objetivo de devolverlo a la Patria. Rubén Darío celebra con Rosario su última Navidad en Managua, en la vivienda de su cuñado Andrés Murillo. Se editan el tomo La vida de Rubén Darío escrita por él mismo (Barcelona, Mauci) y una colección de sus mejores obras poéticas, Muy antiguo y muy moderno ( Biblioteca Corona de Madrid). El viaje agrava su estado de salud. Al mismo tiempo lo empeora su diplomacía irreprochable.

El 7 de enero de 1916 torna a León con la ayuda de Luís Debayle, médico y amigo. El 8 de enero mejores médicos le hacen una operación quirúrgica y no obtienen mejoría. El 10 de enero el obispo Simeón Pereira y Castellón le administra su última unción y el 31 de enero hace su testamento donde afirma que toda su herencia se la deja a Rubén Darío Sánchez, su hijo que tendrá que vivir en la protección de su madre en España. El 2 de febrero le efectuan la misma operación quirúrgica de nuevo. El 6 de febrero a las siete de la noche agoniza. Fallece a las diez y cuarto. La Iglesia, la Universidad y el Gobierno organizan una serie de condolencias que duran toda la semana. Le dan sepultura bajo la escultura de San Pablo en la Catedral de León.

 

Sus obras literarias elevan la intelectualidad de la lengua, extienden sus horizontes por toda la literatura universal. En numerosísimos poemas, artículos, cuentos y discursos de Rubén Darío resplandece su calidad de clásico en la lengua hispanoamericana.

 

Bibliografía utilizada en el presente doctorado y otros seminarios sobre la poética de Rubén Darío

 

1) Rubén Darío. Poesía (Prólogo de Ángel Ramo) (Edición: Ernesto M. Sánchez. Cronología de Julio Valle Costello./ Biblioteca Ayacucho./ Impreso en Venezuela 1977.).

2) Rubén Darío. Ensayo biográfico y breve antología de Mancelo Jover. (Editorial: Jose de Pineda Ibarra, Guatemala, Centroamérica, 1961).

3) Rubén Darío. Poesía Prólogo de Antonio Papell, de catedrático de literatura. (Editorial EBRO S. L., Zaragoza — Madrid — Buenos Aires).

4) Observaciones en la obra poética de Rubén Darío de Alejandro Hurtado Chimorro/Americanismo, Orientalismo, Francesismo, Helenismo, Españolismo/ (Editorial de Cranada, Nicaragua, 1967).

5) Siete estudios sobre Rubén Darío de Augustín Balseiro (Universidad de Arizona, Tucsón, 1967).

6) Rubén Darío, Azul (Prólogo general de Juan Valera.) (Colección Austral)

7) Rubén Darío y la Edad Media (Una perspectiva poco conocida sobre la vida y obra del escribir) de Francisco López Estrada (Editorial Planeta. Barcelona, 1971).

8) La originalidad de Rubén Darío de Enrique Anderson Imbert (Centro editor de America Latina. Buenos Aires, 1967).

9) Por el mundo poético de Rubén Darío de Salvador Aguado Andreat (Editorial Universitaria. Guatemala, 1966).

10) Una Etapa decisiva de Rubén Darío (Rubén Darío en Argentina) de Emilio Carillo.

11) Antología poética (Selección. Estudio preliminar. Cronología. Notas y glosario.) de Arturo Torres Rioseco (Colección de clásicos. Ediciones de Guatemala, 1948).

12) Rubén Darío y Venezuela de Luis Beltrán Guerrero.

13) Rubén Darío "Un bardo rey" de Arturo Capdevila (Colección Austral — Espasa — Calpe Argentina. S. A.. Buenos Aires, 1948).

14) America y pensamiento poético de Rubén Darío de Apelado Bonilla (Editorial: Costa Rica. San José, 1967).

15) Rubén Darío. Cuentos y poemas (Ministerio de Cultura. Departamento Editorial. San Salvador. C. A.. El Salvador, 1958).

16) Rubén Darío, Los raros (Impreso en la Argentina).

17) Rubén Darío "El hombre y el poeta" por Tulio M. Cestero (Centro de estudios de Literatura Latinoamericana. Montevideo, 1969).

18) Rubén Darío y su intuición del mundo (Contemporáneas. Editorial Universitaria. El Salvador).

19) Rubén Darío, Canto Errante (Impreso en la Argentina).

20) Rubén Darío de Antonio Oliver Belmás (Editorial Pargua S. A.. Argentina 15, México, 1967).

21) Rubén Darío — Abismo y cima de Jaime Terres Bodet (D. R., 1966. Universidad Nacional de México).

22) Éste otro Rubén Darío de Antonio Oliver Belmás (Premio de Biografía Aedos) (Prologo de Francisco Maldonado de Guevara, catedrático de literatura Española de la Universidad de Madrid) (Editorial Aedos Barcelona, 1960).

23) Las raíces hispánicas en Rubén Darío de Martín Alberto Noel (Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filología y Letras. Secretaria de la extensión Universitaria, 1972).

24) Ruben Dario poète d' aujour, hui (Renê L. F. Durand — traducteur/ Pierre Saghers, éditeur).

25) Rubén Darío y modernismo de Ángel Pama (Universidad Central de Venizuela, 1970).

26) Antología de Rubén Darío (Selección y prólogo de Jaime Torres Bodet, 1967).

27) Genio y Figura de Rubén Darío de Roberto Ledesma (Editorial Universitaria de Buenos Aires, segunda edición, 1967).

28) Rubén Darío. Las contradicciones del modernismo: Producción poética y situación sociológica de Noe Jítrik (Jordanes 85. El Colegio de México, 1978).

29) La Andalucía de Rubén Darío (Cátedra de «Rubén Darío». Universidad complutense. Madrid, 1981).

30) Homenaje a Rubén Darío (1867-1916). (Memoria del XIII Congreso Internacional de Literatura Iberoamericana. /Primera reunión/ Universidad de California. Los Ángeles, California /del 18 al 21 de enero, 1967/) (Edición al cuidado de Aníbal Sánchez Reulet).

31) Rubén Darío, Cantos de Vida y Esperanza (quinta edición: Espasa — Calpe Argentina S. A., — Buenos Aires — México).

32) Lección de Rubén Darío de Ramón de Garciasol. (Premio «Pedro Henríquez Ureña», 1941) (La Asociación Cultural Iberoamericana de Madrid, 1955).

33) La poesía de Rubén Darío (ensayo sobre el tema y los temas del poeta)

(Editorial Losada S. A., Buenos Aires, 1948).

34) Cuadernos Universitarios (Diez ensayos inéditos sobre Rubén Darío/ Homenaje a Rubén Darío en el 1 centenario de su nacimiento) (León de Nicaragua, enero de 1967).

35) L’ Influence Française dans l' oeuvre de Ruben Dario de Erwin K. Mapes, catedrático de la Universidad de Iowa de los Estados Unidos (Paris. Librerie ancienne. Honoré Champion, 1925).

36) América en Rubén Darío: Aproximación al concepto de la literatura hispanoamericana de Carlos Martín. (Editorial Gredos. S. A.. Madrid, 1972)

37) El Surtidor de Estrellas de A. Guerra Trigerros. (Ministerio de Educación. C. A.. San Salvador, 1969).

38) Vigencias de Rubén Darío y otras páginas de Guillermo de Torre (Colección Universitaria de Bolsillo. PUNTO OMEGA 46. La dirige Vinila Hobía) (Impreso en España por Albus. S. A..— Madrid)

39) Con Rubén Darío de Fernando Paz Castillo. (Editorial Arte. Ciudad de Caracas. El 27 de enero 1977).

40) Los nocturnos de Rubén Darío y otros ensayos de Julio Yacaza Tigerino (Ediciones: Cultura Hispánica, 1964).


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