ALEXANDER (ALEJANDRO) KIRYÁTSKIY

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La poesía contemporánea del habla hispana de Castilla es el gran fruto de la difusión gigante de las culturas de vascos, fenicios, griegos, romanos, árabes e indios americanos; sin embargo yo querría decir que sus poemas son las voces de los vientos calurosos y ardientes de la bella historia de los seis últimos siglos. Me parece que sus autores suben al cielo para mirar sobre el globo terráqueo desde los ojos de nuestro Dios. Sus sentimientos puros son las victorias de los caballeros. Es porqué, o Don Quijote de la Mancha

 

Vive seguro de que eternamente,

En tanto, al menos, que en la cuarta esfera

Sus caballos aguije el rubio Apolo,

 

Tendrás claro renombre de valiente,

Tu patria será en todas la primera,

Tu sabio autor al mundo único y solo.

 

Así en 1604 escribe Miguel de Cervantes Saavedra.

Pero llega y se muere cada época.

Ya el tiempo baila. Pero la poesía española llega a ser una armonía de la naturaleza en muchos poemas demasiados que están escritos en ésta lengua.

Todo cambia. El siglo XX se caracteriza por la desilusión en la vida de los españoles y de los criollos latinoamericanos, como y de muchas gentes de todos los otros países. Entonces los autores se dividen en dos grupos: unos realistas y unos modernistas, ahora algunos modernistas miran al mundo de dentro. Es necesario no olvidar de lo que en el siglo XIX domina en Europa el HOMBRE DE ESPÍRITU que en el principio del siglo XX espera el desarrollo del espíritu y la moralidad en muchas almas humanas. A causa de la influencia de la literatura del siglo pasado aparecen unos críticos realistas y mundanos que quieren explicar, demostrar, al mismo tiempo decidir muchos problemas objetivos en la prosa y en la poesía.

Pero la época del HOMBRE DE ESPÍRITU se convierte rápidamente en la época triste de las masas ciegas y locas. Al mismo tiempo las escuelas españolas y latinoamericanas del modernismo artístico se profundizaron en el abstraccionismo y no quisieron ya luchar contra nada, entonces entendieron bien que todo se va y regresa en la historia, pues siempre se mueve caóticamente. Y por allí vienen unos poetas surrealistas jóvenes como César Vallejo, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Miguel Hernández, Samuel Feijóo, etcétera.

 

         La estrella Venus es

la armonía del mundo.

¡Calle el Eclesiastés!

Venus es lo profundo

del alma...

... y un hombre miserable

es un ángel caído,

y la tierra es el probable

Paraíso perdido,

 

así respondió Federico García Lorca a algunos gritos de unos modernistas y unos realistas en 1920, en su gran poema «Mar». Y poco antes de los veinte años no se cree que él pudiera escribir como Horacio «Exegí monumentúm», y ya sólo se piensa en su «Canción otoñal»:

 

Si la muerte es la muerte

¿Qué será de los poetas

y de las cosas dormidas

que ya nadie las recuerda?

 

Son las palabras propias para casí cada poeta soviético, para casí cada filólogo con imaginación que ahora ya se degradan y sólo a veces murmuran que quieren vivir. Para el H[J]OMO SOVIÉTICUS es más fácil que para todo el mundo entender la causa de éste llanto alto de la poetisa chilena de símbolos Gabriela Mistral que grita:

 

Malas manos tomaron tu vida desde el día,

en que a una señal de astros dejara su plantel

nevando de azucenas. En gozo florecía.

Malas manos entraron trágicamente en él.

 

Soy filólogo romancista. Y estoy enamorado de la poesía del habla hispana de Castilla. Ya estuve enamorado cuando no sabía ninguna palabra española desde la infancia romántica escuchando la música sentimental de Mari Trini «Déjame soñar» y Manuel Serrat «El otoño». Las melodías y las traducciones en ruso de varios poetas como Ramón Jiménez, Antonio Machado y Rubén Darío me han estimulado para que yo aprendiera la lengua de las hojas, que yo oyera las voces de los ríos de las poesías de los líricos hispanos triunfantes hablados desde el siglo en oro hasta los últimos años de nuestro milenio. Como al hijo de una familia judía educada me gustaba la música desde el mismo corazón ya que me recordaba la nuestra hebrea. Entre los estudiantes extranjeros de la ciudad, donde yo nací, estudiaron muchos latinoamericanos que me ayudaron a abrir las puertas grandes al país de la lingüística. Y a los 14 años, con un vocabulario y un manual autodidáctico empecé a internarme en los estudios prácticos para hablar español. Sobre la lengua española Leonardo Días escribió:

 

         Claro y límpido raudal

es la lengua que yo adoro,

la lengua de versos de oro

y de vibración marcial.

Es dúctil como el metal

y rica como el tesoro

que dejó Boabdil el moro

allá en su Alhambra oriental.

Como clarines al viento

vibra su broncíneo acento

en la ira o en el dolor.

Y son sus cláusulas graves

amorosos trinos de aves

sobre las lilas en flor.

 

Para conocer el español más profundamente tuve que estudiar algunas particularidades de la historia de España. Ileana Rayneri Martínez doctora de filología escribe en su ESTUDIO INTRODUCTORIO AL LIBRO DE BUEN AMOR de Johan Ruýs, Arcipreste de Hita en el siglo XIV: «...Una de ellas es el resultado que en la cultura peninsular produjo la convivencia de tres razas: la hispano romano visigoda, la musulmana y la hebrea. Otro de los factores que incidieron decisivamente en el desarrollo peculiar de la Península, fue el proceso de la Reconquista. Sobre los primitivos pobladores y colonizadores hispanos (fenicios, turdetanos, celtas, iberos, cartagineses), se asentó la dominación romana, que no se completó sino hasta casi dos siglos después de iniciada, con la caída de Numancia (133 A. C.)... A principios del siglo V (en 409 D. C.) se produjo la invasión de los visigodos, los cuales eran los más romanizados entre las tribus bárbaras. Para comienzos del siglo VIII, el estado visigodo se hallaba en el franco período de anarquía y descomposición. En ésta situación llegan los islamistas a la Península Ibérica (711) y logran ocuparla, después de vencer una débil resistencia. La dinastía de los Omeyas fundó, bajo el gobierno de Abderrahamán I (756-788), el Califato de Al-Andaluz, independiente del Oriente, y que alcanzó su mayor esplendor en el siglo X.»

En éste misma época el latín avanzado, como lengua oficial y popular en el sur-oeste de Europa, empezó a cambiar. Al perder la dificultad literaria y hacerse más primitivo llegó a ser accesible a unas masas de bárbaros iletradas. La lengua sintética con seis casos y cinco declinaciones, sin artículos, con libre construcción de las proposiciones perdía su base de formación y se desarrollaba con sus particularidades en cada zona. Las declinaciones y los casos se confundían y en dos siglos empezaban a gozar de su propia naturaleza dependiendo de las isoglosas, maneras del barbarizar y dependiendo de particularidades de los pobladores. Al seguir en el camino de esa misma teoría yo querría mostrar un texto Qu[v]into Horacio del siglo de oro de Augusto:

 

Póscimús. Si quíd vacuí sub úmbra

lúsimús tecúm, quod et húnc in ánnum

vívat et plurés, age díc Latínum

bárbite, cármen.

 

            (Horatius)

 

El pedir. Como libres sobre sombra

vamos a jugar, como hoy en años

vive siempre tú, haz, di en latino

canción, o lira.

 

          (Horacio)

 

(Traducción poética del latín al español de Alejandro Kiriyátskiy)

 

Aquí se aprecia el desarrollo lingüístico. La poesía de Qu[v]into Horacio está construida por los órdenes de la lengua latina clásica.

Más añejos testimonios del español castellano se fechan en el siglo X. Son las Glosas Emilianas del monasterio medioeval de San-Miliano en la provincia de Logroño: «Fácanos Deus omnipotes tal serbitjo fere ke denante ela sua face gaudioso segamus.» (Haznos Diós poderoso sobre los todos tal servicio hacer que delante del rostro suyo gloriosos segamos). El segundo monumento histórico lingüístico fue escrito en 980 en el monasterio de San Justo y Pastor Rosuel. El tercer certificado es los documentos jurídicos del siglo XI: «De illa particigón que feci senigor Sango Gancece. Ad Galino Acenarece era lorika, ero kabalo, era espata. Ad Sango Scemenones ero kabalo mulla, era espata, ero ellemo...» (illa — la, particigon — partición, feci — hizo, ad — a, kabalo — caballo etc.). El idioma era más analítico que el latín, sólo con dos casos nominativo y acusativo hasta el siglo X, en que no tuvo palatalizaciones modernas y monoftongesones.

Del siglo X al siglo XII todos los dialectos romances se desarrollan más rápidamente que en todos los períodos posteriores. Desde 1140 apareció el poema épico «Cantar de mío Çid» sobre las aventuras de un héroe hispánico del 800. El vasallo de Rodrigo Días joven reconquistador de muchas ciudades españolas, que estaban bajo dominio árabe, Cid noble defende el honor de su amor y de su hija. La epopea «Cantar de mío Çid» se conservó solo en el manuscrito que es más antiguo desde 1307con la métrica, los asonándoos.

 

Todos son adobados quando mío Çid estó ovo fablado

las armas avién presas e sedién sobre los caballos.

Vi[di]eron la cuesta yuso la fuerça de los francos;

al fondón de la cuesta, çerca es de llaño,

mandólos ferir mío Çid, el que en buen ora nasco;

ésto fazen los sos de voluntad de grado;...

 

  Mirta Aguirre cree que «Mientras que los juglares empleaban el verso épico o el verso lírico. El verso épico y el verso lírico son ambos amétricos y fluctuantes. El primero es generalmente más largo que el segundo. Y los clérigos utilizaban el tetrástrofo monorrimo o cuadernavía. El tetrástrofo monorrimo es, como su nombre indica, una estrofa de cuatro versos, generalmente alejandrinos, que presentan una sola rima consonante.». Las formas fueron tomadas de unas escuelas provenzales de los trovadores, poetas vagabundos que influyeron en la escuela del habla hispana:

 

Coms fo de Ròma e ac ta gran valòr

Apròb màlio lo rèy imperadòr

El èra' l mèler de tòta la honòr

De tot' l impèriel' tènien per sonòr

Mas d'ùna càusa u nom àvia genzòr,

De sapièntia l'apellàven doctòr.

 

(De poema «Boecio» desde el siglo XI)

 

...Para la formación y la estabilización del idioma literario del siglo XV jugó un gran papel el autor del LIBRO DE BUEN AMOR Johan Ruýs, poeta clérigo de la Alcalá, antes de convertirse en el Arcipreste de Hita, quién sería luego el creador de una las obras más relevantes escritas en la Península Ibérica antes del Quijote. "Aun hoy, salvando las dificultades de la lengua — romance castellano del siglo XIV — encontramos agradable su lectura y por demás instructiva...", en el Estudio introductorio apuntó Ileana Rayneri Martinez.

 

Ensiémplo de quándo1 la tiérra bramáva

 

«Assý ffué que la tiérra començó a bramár:

» Estáva tan fyncháda que quería quebrár,

» A cuántos lo oýan2 podía mal espantár

» Cómo duéña en párto començós a cuytár.

 

» La génte, que bramídos a tan grándes oýa,

» Coydávan3 éra preñáda: atánto se dolía:

» Penssavan que gran sierpe o béstia pariría,

» Que a tódo el múndo conbrí e estragaría...» .»

(Espáña, el síglo XIV)

(Johán Ruýs, arcipréste de Híta)

 

1/kvándo/qu-/kv/ 2/oían/oy-/oi/ 3/koidávan/-/oi/

 

  Cursé mis estudios en la facultad de filología romance en la Universidad Estatal de Tashkent para entender las raíces de la literatura desde la antigüedad hasta siglo XX y el origen de los idiomas romances. Estudié cinco años, al cabo de los cuales obtuve el diploma de «Master». Titulé el trabajo «Investigación de la intercalación de la lengua griega en el latín y en los tres idiomas romances por los niveles literarios y lingüísticos». Estudié obras en los originales latinos, italianos, franceses, españoles y muchas traducciones al ruso, francés y italiano de Plauto y Afro (comedias), tratados de Cicerón y Varón, epopeyas de Virgilio «Bucólica» (42-37 A. C.), «Geórgica» (37-30), «Metamorfosis» (3-8) de Ovidio, obras líricos de Catulo y Horacio, aventuras como «Satiricón» de Petronio, «Metamorphoseon o Asno dorado» de Appuleo y poemas de Ausonio, Lactancio, Ambrosio Mediolanesis, Dracontio, Prudencio, Jerónimo (traductor de la Torá judío del hebreo al latin 390-404), Nono Ponapolitano, Boecio, Procopio Cesariano, Don Arátor, Venancio Fortunato, Columbán de Bangor, Liudprand, Alfonso X, Marco Polo, Dante Alighieri, Johaan Ruýs, Garcilaso, Cervantes, etc.

La antigüedad es la unidad de dos culturas la griega y la latina, desde la época del ciego Homero a la victoria de Odoacro en la ciudad de Roma en 476 sobre el último emperador joven Rómulo. Al investigar la historia de los monumentos literarios es imposible no enamorarse y ya para siempre de la magnífica naturaleza de las artes antiguas. La cultura mediterránea apareció hace dos mil quinientos años. Es la madre de todas las nacionalidades de Europa y America. No todos los países soportaron las voladas y caídas de la Republica y el Imperio Romano. En el fin del siglo XX Rusia pasa por la misma agonía como la republica romana.

Hace falta recordar como Bruto, hijo adoptivo de Gayo Julio Cézar, en la curia, asesinó a su «padre», al primer dictador fuera de la constitución el 15 de marzo del 44 A. C. cuando el senado tomara el poder sobre el país. En lugar de resistir los senadores se escaparon de los nuevos patriotas. Bruto y Casio con unos esclavos y gladiadores se dirigieron de la Curia de Pompeya a la colina Capitolio para defender la victoria de los republicanos. Los primeros días la posición de los cesarianos, como del patricio Antonio y del plebeyo Lípido, era muy débil. Es por ello que el 17 de marzo Antonio y Lípido se reunieron con los senadores en el templo de Telo (Dea de la Tierra) donde la mayoría era de los republicanos que tenía miedo de la anarquía. Ahora, en los últimos años del siglo XX, cuando los demócratas en Rusia hacen la paz entre ellos y algunos comunistas, se entiende por qué Cicerón escribió el acta para la convivencia entre ciertos cesarianos y los asesinos de César. La fatal derrota de los republicanos fue una causa de la victoria de los monarquitas en el senado. Cicerón permitió leer el testamento de César a la plebe y a los soldados cesarianos. Como en el programa de los comunistas y de todos los representantes de la dictadura de una sola persona en el testamento cesariano se decía sobre el pago de 300 sestercios y la distribución de los jardines fuera de la Roma como un regalo a cada partidario de Julio César después de su muerte. Así, como los demócratas rusos, Cicerón anunció la amnistía a los todos y en unos días quemaron el cadáver de Julio César, en el Forum, como el de un patriota y héroe. Después de lo cual el gentío se encaminó a derribar las casas de los conspiradores republicanos y vengarse a ellos por el «Padre de todos los pueblos miserables» en su imperio. En Rusia sueñan hacer lo mismo las muchedumbres comunistas que lo que ya gritan  en  las  manifestaciones  en   las plazas de las ciudades pobres. Entonces en la capital de Roma a penas pudieron detener ciertos saqueos e incendios.

Actualmente en Rusia empiezan a aparecer muchos «descendientes» de la familia del último emperador ruso Románov quienes de manera insolente pretenden recuperar el trono completamente. En medio oficial tres obispos coronaron a uno de ellos quién está muy lejos de la familia Románov sin dudas. Lo hicieron en una de las catedrales rusas. Pero el gobierno democrático del presidente Yéltsin ignoró el acontecimiento presentándolo por televisión como un acto de la degradación de la sociedad.

En Roma el mismo papel lo tomó algún griego pobre miembro del partido de Cilio Rufo y Dolabela. Su nombre era Gerofil que se llamó nieto único de Mario y mandó vengar el asesinato del «padre de todos los pueblos» de manera similar a la Rusia vengar por Stalin. Se puede comparar a César con Espartaco, quién empezó la guerra civil que duró desde el 73 hasta el 71 A. C.. Sólo Espartaco soñó exterminar al senado, lo que casi hizo el emperador (hijo del esclavo después soldado fácil) Diocleciano en 284, Espartaco no pudo hacerse el monarca absoluto. Después de muchas manifestaciones de los ultra monarquitas Marco Bruto y Casio Longino abandonaron la ciudad. En poco tiempo debió de ir Cicerón quién regaló la libertad a aquellos lumpen-proletarios sin razón.

Antonio y Lípido nunca quisieron la monarquía del gran Espartaco, que atentó destruir al senado, Antonio y Lípido aspiraron sólo limitar el poder del senado y defendían la teoría del principado. Todos los cesaríamos temían a los partidarios del ultra monarquita Gerofil Falsomario y estaban de acuerdo en cumplir las exigencias de los radicales. Al acordar la decisión constitucional con el senado en Roma Antonio como el demócrata arrestó a Gerofil Falso Mario oficialmente, y le ejecutó en la prisión.

En el testamento Gayo Julio César escribió que debe de ser el heredero exclusivo su sobrino primo Octavio quién entonces tenía 18 años. Durante el asesinato y unos días después, Octaviano dirigió el ejército cesariano en la Apolonia. Al saber sobre lo que ya le ahijó el mismo César llega a Brundisio donde se encuentra con quienes querían aumentar las tropas de nuevo César. A pesar de su juventud, Octaviano poseía una paciencia extraordinaria, tacto y prudencia diplomática. Al recibir muchos elogios de las tropas pasó a negociaciones con algunos representantes de los nobles en el gobierno de la ciudad. En Roma mostró su deseo de tomar la herencia de César como su gran hijo. Los cesarianos le llamaron Gayo Julio César Octaviano. Octavio se pronunció sobre la necesidad de pagar con dinero estatal a todos los miserables de acuerdo al testamento del primer dictador quién reinaba fuera de las leyes republicanas. Sólo Antonio como el general cesariano hizo el protesta contra Octaviano explicando en el senado que Octavio era muy joven y no tenía experiencia. Y Octavio acusó a Marco Antonio de la colaboración extraña con los conspiradores republicanos y la derrota de la manifestación plebeya en el 47. La propaganda de Octavio debilitó la autoridad de Antonio. Marco Antonio quiso conservar su influencia en el senado y es por eso apoyó un orden que pudiera aniquilar la dictadura. Entonces él permitió a Sexto Pompeyo, el hijo de Pompeyo leyendario, devolver la propiedad que era quitada de su padre. Los representantes del senado aspiraron a suspender la colaboración cambiante con los cesarianos. Los republicanos de Cicerón alejaron a Antonio de la política pues el cesariano se apoyó sobre las tropas y los discípulos de la monarquía. Las actitudes entre los nobles se complicaron después del gran decreto por un cambio en las provincias «lex de permutatione proviciarum». Antonio quiso dirigir  las  provincias  en  el  territorio  de  la  Galia a donde había ido el asesino Décimo Bruto con su ejército. Tulio Cicerón encabezó la nueva oposición a Marco Antonio como a todos los cesarianos. Al imitar a Dimosfeno en fines del 44 y en el comienzo del 43 Cicerón pronunció unos 14 discursos sobre las insuficiencias y los méritos de Antonio. Convencido de que la victoria de Antonio habría dejado saqueos, violencias que tiempo repartió la tierra entre los soldados cesarianos. Por última vez el poder sobre la Roma estaba en las manos de los antimonarquitas. Pero el pícaro Octavio estaba en unión misteriosa con Tulio Cicerón. Su propaganda tuvo éxito entre los veteranos, soldados y republicanos. Y prometió vengar la muerte del «Jefe de todos los pueblos» para condecorar a sus partidarios. En la Galia Antonio empezó la guerra civil contra los partidarios de Bruto en Mutina. En el mes de abril Décimo Bruto le venció. Entonces en Roma el senado presentó a Antonio como al enemigo de la patria. Los dirigentes del senado creían que Antonio había sido derrotado para siempre y que el partido cesariano estaba destruido y los senadores se negaron a realizar varias promesas dadas a Octaviano quién sólo se llamó el heredero de Gayo Julio César y se consideró un solo republicano general en diez y nueve años. El senado no pagó con el dinero prometido del estado a las tropas y la plebe y Octavio no unificó el ejército con las tropas del republicano Bruto y renunció a perseguir a Antonio. Así ocurre en Rusia los demócratas actuales no pueden o se niegan a decidir los problemas sociales del pueblo, como en Roma los ciceronianos entonces iban a cometer un error fatal por última vez. El senado no quiso y no puso designar al joven Octavio para el puesto oficial de cónsul.

Al mismo tiempo en el territorio de la Galia de Narbona, Lípido con las tropas se unificó con Antonio. El senado no tenía ninguna posibilidad para luchar contra esa coalición pues ya poco antes sopesó todas las relaciones con Octavio. Sin ninguna dificultad en diez y nueve años Octaviano conquistó el poder sobre Roma. Sólo entonces sin esfuerzo pudo ya pasar su elección en el puesto de cónsul y promulgar rápidamente el castigo a los asesinos de César. Los soldados de Octavio, Lípido y Antonio se componían de hombres salvajes de orientación plebeya quienes soñaban con recibir sus parcelas prometidas de tierra y el dinero en la cantidad fijada, en el testamento del estado de tres cientos sestercios. Así también en Rusia todos partidarios comunistas en la cantidad enorme sueñan con recibir la misma cosa de Ziugánov y de los otros patriotas falsos. Al tomar en las consideraciones esa opinión cambiante y el estado moral de los soldados Octaviano ordenó al senado a anular la resolución que consideraba a Antonio y Lípido enemigos de la patria. El odio del senado y la presión de las tropas plebeyas hicieron que Octavio concluyera una alianza ventajosa con Marco Antonio y Lípido. No lejos de la ciudad de Bolonia en los primeros días del mes de noviembre del 43 los tres cesarianos anunciaron la existencia de su Segundo Triunvirato. Los triunviros proclamaron la lucha contra los enemigos de César que se hizo un símbolo divino, así organizaron sistema de proscripciones como una manera de eliminar a las personas innecesarias. En los últimos días del mes de noviembre los triunviros entraron en la capital. En Roma debajo del gran temor la asamblea falsa popular dio las posibilidades extremas no limitadas (tresviri reipublicae constituendae) al Triunvirato de Octaviano, Antonio y Lípido. La lista de las proscripciones de los cesarianos se multiplicó en las decenas de veces en la comparación con las represiones del dictador republicano Cornelio Sula. Las proscripciones se aplicaron a tres cientos senadores republicanos y dos mil jinetes y a miles patriotas adversarios de  la  dictadura.  Después  en  las  listas de los reprimidos oficialmente entraron muchísimos propietarios y unos ciudadanos ricos. Estuvo anotado, como primer gran enemigo de la patria, el mismo Marco Tulio Cicerón. Como Cicerón estaba mareado, no pudo abandonar la Península Apenina. Así los estalinistas del siglo XX en Rusia en dos mil años habrían hecho lo mismo, como un pícaro centuriono romano quién había ganado un proceso jurídico gracias a Cicerón le taló la cabeza para traerla al Forum para recibir un premio. Un día Cicerón escribió: «Horae cedunt et dias, et mensas, et anni, nec pretaeritum tempus unquam revertitur» (Las horas pasan y los días y los meses y los años, el tiempo perdido nunca volverá jamás a nosotros). Tampoco en Rusia los "ciegos" demócratas atentarían el mismo fatal ahora, ellos pierden la libertad puede ser para siempre. Y los poetas que ahora cantan acerca del todo y riñen a su gobierno, en sus poemas luchan contra los reaccionarios y los comunistas, en nuestro futuro no lejano serían fieles a un gris dictador. Sólo en el siglo XX se puede entender a Horacio quién antes del otoño del 42 había escrito los himnos sobre la dictadura de una sola persona luchando en el pasado en las tropas de Marco Bruto y Casio: del 31en la casa de Mecenas tuvo el gusto de encantar a nuevo Cézar Octaviano en su canción «Triunfo» con los últimos cuartetos siguientes:

 

Sérus ín caelúm redeás diúque

láetus íntersís populó Quiríni,

néve té nostrís vitiís iníquum

ócior áura

 

tóllat; híc magnós potiús triúmphos

híc amés dicó pater átque prínceps

néu sinás Medós equitár(e) inültos

té duce, Cäesar!»

 

(Quïntus Horatius Fläccus: ex «Triümphus»)

 

«Sube después en el cielo siempre

o ajeno al pueblo de tu Roma

de tu escasez en las tradiciones

tu libre inquietud

 

silva; y mejor salve tu triunfo

toma el poder padre, hoy, primero;

que no sobre Medios rey sea no vengando

te reina César.

 

(Qu[v]into Horacio Flaco: del «Triunfo»)

(Traducción poética al español de Alejandro Kiriyátskiy)

 

  La canción está escrita en 52 versos. Cada tres están construidos en la métrica de Safo y cada cuarta leemos en la métrica adónica:

 

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V — V — V

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